“La humanidad no puede liberarse de la violencia si no es por medio de la no violencia”, decía el Mahatma (Gran Alma) Gandhi. Añadía que, “si deseo cambiar el mundo que me rodea debo empezar por cambiarme a mí mismo”. Entonces, “sé el cambio que quieres ver en el mundo”, porque nuestro objetivo principal debe ser vivir correctamente, pensar correctamente y actuar correctamente.
Pero viniendo más cerca en tiempo y espacio, en una excelente revista argentina sobre Yoga publicada unos pocos años atrás, leíamos un artículo del prestigioso maestro José Luis Ferrero expresando que, “como patrimonio de la humanidad, el Yoga debe ser difundido adaptándolo a las variaciones de tiempo, lugar y personalidad, sin discriminaciones y teniendo como objetivo principal el bienestar y el desarrollo colectivo”.
Precisamente, el lema elegido este año para la reciente celebración del Día Internacional del Yoga es “Yoga para la Humanidad”, en virtud de que nuestra disciplina es apropiada para buscar un estilo de vida sostenible, en armonía con el planeta.
En ese sentido, el profesor Ferrero nos dice que el Yoga es un estado especial de conciencia, pero también es el método empleado para alcanzar ese estado, que incluye las posturas físicas y las técnicas psicofísicas para la unión armoniosa entre cuerpo, mente y respiración.
Esto hace que no todo quede dentro de la ejercitación de las clases porque “el Yoga está presente en cada aspecto de nuestra vida, nuestro comportamiento, nuestra alimentación y el cuidado de nuestro cuerpo, así como en nuestros pensamientos, deseos e intenciones; en nuestros valores éticos y espirituales; en cómo tomamos nuestras decisiones; en la manera en que realizamos nuestro trabajo; en nuestra relación con las personas, con otros seres vivientes y con el planeta; en nuestra percepción y perspectiva de la vida, del mundo y del Universo; en nuestro esfuerzo por ser mejores personas y por colaborar en la construcción de una sociedad más justa y benevolente”.
Por eso el profesor Ferrero añade que quien enseña Yoga debe haberlo tomado como sistema y modo de vida, en lugar de mostrar sólo habilidades físicas o intelectuales especiales, para enseñar con el ejemplo de un estilo de vida simple, sano, feliz y solidario, demostrando así que el Yoga “sirve” para vivir mejor. Y todo eso significa “Yoga para la Humanidad”. Namasté.