La selva misionera volvió a enlutarse ayer con el atropellamiento de un puma de aproximadamente entre 40 y 50 kilogramos de peso, sobre la ruta nacional 101 en inmediaciones del cruce con la ruta nacional 12, jurisdicción del Parque Nacional Iguazú.
Según testigos del hecho, un automóvil negro que sería de alta gama, habría sido el culpable de la tragedia para la fauna protegida en la reserva. Sin embargo, lejos de asumir su responsabilidad, el conductor se dio a la fuga.
Según fuentes de los guardaparques, el atropellamiento habría ocurrido a 50 metros de la zona pintada, que cuenta con bastones divisorios de la circulación de la calzada y con carteles que advierten una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora por el lugar.
La Fundación Vida Silvestre advirtió que esta problemática sigue vigente y se lleva la vida de alrededor de 5 mil animales en las rutas, por los excesos de velocidad.
Bajo el título “Atropellar fauna, también es extinguirla”, Lucía Lazzari, coordinadora de paisajes terrestres, recordó la necesidad de actuar en estos hechos ya que “una investigación de opinión pública realizada en la provincia, posicionó al atropellamiento como una de las principales razones que amenazan al yaguareté, tanto por las colisiones contra la especie como de sus presas”.
“La estimación se realizó extrapolando los registros de atropellamientos en determinados segmentos de la ruta a los 210 kilómetros que existen dentro de áreas protegidas. De todas formas se podría estar subestimando los números reales ya que no se tiene registro de algunos grupos como los anfibios”, indicó la organización que trabaja desde hace más de 20 años en la tierra colorada.