Aunque los datos de actividad de abril mostraron un muy buen desempeño en comparación con el menor dinamismo del primer trimestre producto de la tercera ola de COVID-19 durante el verano, y lo mismo habría ocurrido en mayo, impulsado además por la baja base de comparación del 2021, las expectativas son menos alentadoras para los industriales producto de la situación internacional y el contexto macroeconómico local, en particular en lo que respecta a la administración de dólares para pago de importaciones, inclusive las energéticas.
Si bien el flamante ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, garantizó los dólares para la industria, la volatilidad cambiaria y las restricciones a las importaciones están generando bastante ansiedad y temor en los empresarios en torno al abastecimiento de insumos. Y tienen un sustento lógico: no hay divisas, el Gobierno firmó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el que se comprometió a acumular USD 5.800 millones en un año y hasta ahora no cumplió con lo correspondiente al segundo trimestre. No hay otra alternativa, aseguran los economistas, que endurecer el cepo en los próximos meses. Y con ello, resentir la actividad.
“Está claro que tenemos el trabajo conjunto y el compromiso del Gobierno de que no nos vamos a quedar sin insumos, pero en la medida en que los insumos se normalicen, es un escenario. Si hay problemas, es otro”, aseguró a Infobae el presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, quien también advirtió por la cuestión energética.
Al respecto, recordó la existencia de la mesa con el Gobierno para monitorear eventuales inconvenientes y tener una alerta temprana para ver cómo responder. “Hasta ahora venimos bien, pero estamos entrando en los meses críticos y hay preocupación por los efectos climáticos”, afirmó el dirigente. También preocupa la evolución de la inflación, que hoy tienen condimentos locales e internacionales, y que a la larga termina afectando la demanda.
El pulso de la industria
Según una reciente encuesta que hizo la UIA entre sus socios, aunque en líneas generales las perspectivas para los próximos meses se mantienen positivas en torno al 50%, se registró cierta caída en el porcentaje de empresas que esperaba una mejora de su situación económica y de la situación de la actividad (se redujeron a 46% y a 42%, respectivamente). En ambos casos, remarcó la central fabril, fueron los niveles más bajos de la serie.
Por otro lado, sólo 26% de las empresas espera que la situación económica del país mejore en el próximo año.
“Las perspectivas para el año siguen muy condicionadas por el devenir del contexto macroeconómico, el internacional y las restricciones de oferta. También resulta prioritario poder alinear más el esquema de formación profesional con las necesidades del mundo productivo, con el objetivo de lograr una mejor empleabilidad e inserción laboral de cara al futuro”, enfatizó la entidad en el informe.
En cuanto al empleo, Funes de Rioja dijo que “hubo una mejora del trabajo formal”, pero también admitió que “fue mayor en el sector informal, y eso no responde a una matriz de economía organizada, sino de emergencia. Entonces hay que atender estas nuevas realidades laborales para generar espacios de formalización; porque la Argentina va a crecer si hay inversión en el sector formal de la economía”.
El relevamiento realizado por la UIA, que alcanzó a más de 300 empresas, reveló que el empleo continuó con la recuperación en abril y que un 21% de las firmas tuvo incremento de la dotación de personal ese mes respecto de marzo.
De todas formas, los dos relevamientos de 2022 (enero y abril) se ubicaron por debajo de los observados en la segunda parte de 2021, dando la pauta de un menor ritmo en la recuperación, recalcó la entidad.
Sobre la dotación de personal, 3 de cada 10 empresas indicaron tener menos personal del necesario; y la falta de trabajadores idóneos es aún mayor en las empresas más chicas. En cuanto a las búsquedas, más del 80% de las industrias comentaron tener búsquedas activas o por abrirse prontamente, y las que hay se concentran en las áreas de producción.
En materia de producción y ventas en el mercado interno, la encuesta de la UIA a sus afiliados reflejó mejoras respecto del relevamiento de enero, pero esa recuperación fue más lenta en lo que respecta a las exportaciones, que se vieron afectadas también por el aumento de los costos en el plano internacional. En producción, el porcentaje de empresas con mejora respecto del promedio del primer trimestre se amplió a 32,8% -mayor al 21,5% registrado durante enero, que comparaba las ventas versus el último período de 2021-. En el caso de las exportaciones, si bien experimentaron un leve repunte respecto de enero, siguieron predominando las empresas que proyectan caída (17,8%) respecto de las que presupuestan suba (15,5%).
Destacan en la central fabril que “las dificultades locales en materia de costos, insumos y logística se agravaron desde el inicio de la invasión de Rusia a Ucrania”. Según la encuesta, 9 de cada 10 empresas se vieron afectadas por la suba del costo del transporte y 7 de cada 10 por el aumento de los costos de la energía. Además, se relevaron factores de preocupación como la dificultad para el abastecimiento de insumos (58% tuvieron inconvenientes) y en los pagos de importaciones (45% tuvieron complicaciones).
Preparan anuncios
Advierten que el Gobierno relanzará su esquema para administrar el comercio exterior. Lo haría durante la jornada de hoy y serían de la partida el Banco Central, el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía.
Por un lado, de acuerdo a lo que anticipó el diario Ámbito, habrá jerarquías en las autorizaciones de importación. La idea es que se permitan el ingreso de todo aquello “que sea sensible al crecimiento económico”, por ejemplo, todo lo relacionado con la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.
Además, se les pedirá a las empresas que utilicen sus propias divisas en caso que sus casas matrices puedan financiar las importaciones y que las empresas que puedan tomar créditos internacionales o locales en moneda dura, lo hagan con la posibilidad de cancelar esas líneas crediticias a los seis meses. Todo esto también les fue adelantado a los empresarios el último viernes.
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