En la nota anterior nos referíamos al chequeo corporal, que es un recorrido por todas las zonas del cuerpo para detectar tensiones, molestias y contracturas producidas por el estrés, y nos fuimos deteniendo en el rostro, el cuello y los hombros.
Hoy empezamos por detenernos en la parte superior de la espalda, donde la contractura de los trapecios producida por prolongadas posturas inadecuadas puede ser dolorosa. Aquí aplicamos también lo aprendido en las clases de Yoga, como llevar los brazos atrás y abajo estando de pie, juntar y entrelazar las manos y hacer rotaciones de hombros al ritmo de la respiración, para luego relajar los brazos.
También ayudan los estiramientos laterales de cuello y el trabajo del gato. El momento es ahora y los beneficios se perciben en seguida.
Luego prestamos especial atención a la zona del estómago, ya que es muy probable que si estamos tensos o temerosos contraigamos sus músculos, lo que acrecienta el estrés original porque afecta la capacidad de respirar normalmente, debido a que el diafragma se comprime impidiendo la expansión y contracción suave de esa zona, con lo que la respiración se vuelve trabajosa.
Hasta puede ser que contraigamos aún más esos músculos en un intento por serenarnos, pero sucede lo contrario y la respiración se vuelve más limitada, nos acaloramos y el estrés aumenta. Y esto, sumado al hecho de tragar los alimentos sin masticarlos debidamente, también perjudica al sistema digestivo que procesa los alimentos tanto en el momento de comer como posteriormente.
Pero es posible superar esos hábitos y recuperar el distendido placer de comer, si somos capaces de asumir el control y liberar a voluntad esos músculos con técnicas muy sencillas como aflojarnos y exhalar lentamente, para luego inhalar profundamente sintiendo esa zona expandida. Repetir las veces que lo sintamos necesario. Luego buscamos el momento y lugar adecuado, aflojamos la ropa en la cintura, nos acostamos relajados, respiramos profundamente y efectuamos variantes simples y accesibles de las posturas del puente y el barco, pudiendo repetirlas tres o más veces.
Lo importante es ser capaces de concientizar la zona, recordando que energéticamente corresponde al centro del plexo solar o Manipura Chakra, relacionado con las emociones, la autoestima, el poder personal, la acción y la voluntad. Y procurando el equilibrio interior y la buena salud nos seguiremos recorriendo. Namasté.