Debajo de las llanuras del noroeste de Argentina se encuentran algunas de las reservas de litio más abundantes de la Tierra. Desde arriba, este sector bañado por el sol se encuentra entre las regiones con el potencial de energía solar más alto del mundo. Para los productores de litio del país, esta podría ser una combinación ganadora.
En varios sitios de Salta y Jujuy, las empresas mineras están explorando el uso de paneles solares para generar su propia energía, un enfoque novedoso que daría a las empresas independencia de la infraestructura nacional de gas y la red eléctrica, y ayudaría a facilitar la expansión argentina de la producción de energías renovables.
En su informe de 2020 sobre potencial de generación de energía fotovoltaica a nivel global, el Banco Mundial indica que Argentina “cuenta con excelentes condiciones”. Raúl Righini, integrante del Grupo de Estudios de la Radiación Solar de la Universidad de Luján, explica que “el noroeste del país tiene niveles muy altos de radiación solar durante todo el año, comparables con los mejores sitios del mundo”.
También a favor de los productores están los costos de construcción y generación de electricidad mediante paneles solares, que han ido disminuyendo constantemente. La Agencia Internacional de Energía (IEA) estima que, en todo el mundo, la energía solar se encuentra entre las formas de generación más baratas, en términos de costo por kilovatio.
Estos desarrollos se producen en medio de una creciente demanda mundial de litio en la transición energética, con altos precios internacionales y cambios en la legislación argentina que desencadenan una serie de inversiones en litio que podrían allanar el camino para que el país se convierta en el principal productor mundial en los próximos años.
Litio y energías renovables
Los métodos utilizados para la producción de litio están en constante transformación y además, cada salar cuenta con características naturales propias que obligan a ajustar formas. En términos generales, el método hasta ahora más utilizado en Argentina consiste en una primera fase de perforaciones a 200 y a 400 metros de profundidad, dependiendo de cada salar, y el bombeo de fluidos hacia la superficie.
El resultado es una salmuera con una concentración de litio muy baja, menor al 1%. A través del método de evaporación por la acción de la energía solar en salmueras, en un plazo de entre 12 y 18 meses se incrementa la concentración de litio. Luego se transporta la solución hacia la planta química, en donde a través de procesos de filtros y la aplicación de solventes se llega a concentrados de hasta 99% de pureza. La fase química es la que tiene el mayor consumo energético del ciclo productivo.
“La producción de litio y la energía solar es una buena combinación, con valores de radiación que son premium en zonas de Argentina, ya que incluso en pleno invierno hay de sobra para generar energía. También es cierto que la energía solar exige una inversión de capital que inicialmente es alta”, explicó Ernesto Calvo, exdirector del Instituto de Química, Física, de los Materiales, Medio Ambiente y Energía.
Para Leonardo Pflüger, director nacional de Producción Minera Sustentable del Gobierno argentino, la energía solar puede ser una ventaja competitiva para las empresas mineras de litio. “Tienen un incentivo a descarbonizar pero además la propia ley argentina lo exige, porque establece que para 2025 el 20% del consumo energético provenga de renovables,” sostuvo.
Empresas mineras como Ganfeng etiquetan como “litio limpio” a aquel producido en base a renovables. Sin embargo, organizaciones ambientales advierten que también hay otras variables en juego que afectan la sostenibilidad de la actividad, como el uso del agua y la gestión de residuos.
“Hay un balance hídrico entre agua dulce y las salmueras que es necesario mantener para que no quede afectada el agua para consumo humano y animal, que es la clave de la vida de las comunidades aledañas. Por otro lado, debe haber una correcta gestión de los efluentes,” afirmó Pía Marchegiani, Directora de Política Ambiental de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN)
“La fiebre del litio no se puede basar en la baja de costos a cualquier precio”, agregó.
Fuente: Eldiarioar