Tempranamente en el año se rearma el panorama. En apenas cuatro meses y medio los argentinos vivimos lo que en otros países se vive en un lustro y siempre es la política, o bien sus funcionarios, los que marcan la dinámica.
Hasta hace algunas semanas era la mala praxis económica la que respondía las preguntas sobre cómo nos puede ir tan mal. En el último tramo fueron las internas políticas, tanto en el oficialismo como en la oposición. Y en estos momentos vuelve a ser la inflación la variable que determina el estado de las cosas.
Transcurrimos la mitad de mayo y ya sabemos que la inflación a fin de año será el doble de lo que planteaba el Gobierno en su proyección inicial. Todavía estamos cerrando paritarias del año pasado y ya sabemos que las de 2022 serán cortas… o nos dejarán cortos.
Es increíble a lo que nos fuimos acostumbrando o, en todo caso, a los que nos fueron empujando.