La 19ª edición del Festival Internacional de Títeres Kruvikas estuvo en el centro de la escena provincial esta primera semana de mayo. Con una variada cartelera, los artistas ofrecieron espectáculos en el Teatro Lírico del Parque del Conocimiento, visitaron escuelas, barrios, cárceles, centros de salud y el Vicente Cidade con el tradicional “varieté” titiritero.
El público fiel de los títeres son los niños, y es por esta razón que varias escuelas se inscribieron y asistieron a las funciones programadas en el Parque del Conocimiento. El jueves por la mañana el grupo cordobés “Hamishibai” desarrolló la obra humorística “La Vaca Resaca, Petaca con Laca”. Un gran número de alumnos de primaria disfrutaron del relato presentado a través de cartones ilustrados e interactivos.
De larga trayectoria en el teatro comunitario, el grupo y cooperativa Kossa Nostra formó parte una vez más de la organización del evento. PRIMERA EDICIÓN conversó con Marcelo Reynoso, uno de sus integrantes, quien manifestó la emoción de volver a vivir el teatro de manera presencial.
Al igual que otros tantos acontecimientos, el clásico festival de títeres no pudo realizarse en los últimos años debido a las restricciones por la pandemia. “El teatro es en vivo, es un momento único e irrepetible donde el público y los artistas se encuentran”, describió Reynoso.
A su vez, destacó las ventajas de poder utilizar las instalaciones del Parque del Conocimiento para ejecutar las obras. Dijo que de esta manera “los artistas pueden dedicarse de lleno a la construcción del espectáculo”, ya que las condiciones técnicas están mayormente cubiertas.
Como en ocasiones anteriores, esta vez participaron elencos de Brasil, Paraguay y otras provincias. El titiritero aseguró que es un privilegio poder seguir adelante con este tipo de festival, y que hay “mucho interés por parte de artistas extranjeros de visitar la provincia y sumarse”. En este sentido, el evento abarca varias aristas positivas: desde la promoción del turismo, hasta la integración de artistas y el acceso a obras teatrales para niños y adolescentes.
Entre los actores presentes en el escenario y los espectadores no existen distancias rigurosas. De hecho, durante el espectáculo los niños pudieron interactuar con los titiriteros y sus personajes. Del mismo modo que, al finalizar el número, también se animaron a preguntar cuestiones relacionadas a la creación de los elementos y las ideas creativas.
Se genera un clima de complicidad “implícita” que invita al público a formar parte de la obra. “También es importante el significado que tiene para los niños. Quizás un adulto no se da cuenta, pero un espectáculo puede cambiar la forma de pensar de una persona”, opinó Marcelo Reynoso.
También destacó la posibilidad de poder asistir a estos eventos culturales de manera gratuita, porque abre las puertas a muchos niños y adolescentes que tal vez difícilmente puedan acceder a los teatros por otros medios.
El actor de Kossa Nostra mencionó que para la organización del festival cuentan con el apoyo del Ministerio de Cultura de la Provincia, La Municipalidad, la Universidad Pública y el Instituto Nacional del Teatro. A su vez, agregó que esperan la pronta incorporación del Instituto Provincial del Teatro Independiente.
Creemos como cooperativa que cuando se junta un poco de cada uno se pueden hacer grandes cosas. Así que vamos a extender el festival en la región. Queremos lograr un corredor que permita que los artistas puedan venir de otros lugares del mundo”
Con varios proyectos en puerta y las energías recargadas, los organizadores del Festival Internacional de Títeres Kruvikas ansían poder celebrar el aniversario número veinte del evento el próximo año, agasajando a niños, adolescentes y adultos que disfrutan de la magia titiritera.