Testigo clave para el expediente y homicida encubridor para la defensa. Alejandro Machado declaró ayer en la segunda jornada de juicio oral y público por el ataque y muerte a puñaladas de Maximiliano Mendoza (25) durante la madrugada del sábado 9 de junio de 2018 en una pieza de alquiler en el barrio Progreso, cerca de la Rotonda de Posadas.
Ante los integrantes del Tribunal Penal 1, Ángel Dejesús Cardozo, Viviana Cukla y Juan Manuel Monte, el joven de 30 años reconoció que participaba de la ronda de tragos en la vivienda de su amigo conocido como “Porteño” Mendoza y que también se había sumado Héctor Alejandro Rolón (32), acusado del crimen.
“Estábamos tomando licor con Maxi, éramos tres nomás con Rolón y no hubo discusión previa, directamente pareció que Hugo le dio una piña en el pecho y comenzaron a pelear y cayeron al piso. Comenzó a gritar el pibe ‘Ale, Ale ayudame’. Ahí vi que le salía mucha sangre del pecho y que no era un golpe sino una puñalada, me tiré encima y lo saqué a Rolón que comenzó a correr y se fue”, fue el resumen que realizó Machado en el inicio de su declaración.
Luego con las primeras preguntas puntuales del fiscal Martín Alejandro Rau amplió detalles de lo sucedido: “Después fui a la casa de Lucas (vecino a pocos metros) para pedirle que llamara una ambulancia, pero no venía nunca por lo que decidimos llamar a la policía (…) Mientras esperábamos notamos que ya estaba muerto, no se movía más y Lucas me dijo que no tenía signos vitales”.
“Llegó la patrulla de la (comisaría) Octava y comprobaron que había fallecido y ahí le conté quién lo atacó a Maxi y fuimos a la casa de la tía de Hugo y lo detuvieron. Él ahí dijo que lo había hincado al chico y yo le grité: ‘¡No, no le hincaste, lo mataste boludo!’”.
Sobre los instantes previos al crimen, Machado manifestó que “estábamos bebiendo tranquilos en la pieza de Maxi, habíamos tomado una botella de licor y me fui a buscar otra para seguir, cuando íbamos por la mitad saltó Rolón y de una le pegó lo que creí era una piña y comenzaron a forcejear por lo que no me metí. Cuando vi la sangre y que Maxi me gritaba que lo ayudara me tiré encima y le pegué a Rolón para sacarlo de arriba. Ahí nomás salió corriendo y se fue”.
“Hubo un reclamo por un celular, pero no discutieron, no se pusieron a pelear, después vino la reacción (…) estábamos en una pieza de tres metros por tres, chica con una cama y una mesa con dos sillas y el equipo de música prendido, pero tranquilos”.
Lucas Villalba, vecino y a quien recurrió Alejandro Machado para socorrer a Maximiliano Mendoza, declaró luego ante el tribunal y reconoció que durante la madrugada “cuando estaba mirando tele y casi dormido me pide ayuda Machado y llamé a una ambulancia, luego a la policía y al abuelo de Maxi. Vi el cuerpo tirado ensangrentado y ya no se movía. Mientras tanto, Alejandro estaba asustado, desesperado porque parecía muerto”.
Interrogado por el defensor de Hugo Rolón, negó haberlo visto cambiarse de ropa a Machado, “tampoco me pidió ropa y no vi que tirara la suya tampoco. No lo vi manchado con sangre, pero estaba muy oscuro, esa zona del barrio estaba sin luz en la calle”.
Marihuana no, alcohol sí
La segunda jornada de debate se inició con el testimonio de Carlos González, bioquímico y especialista en toxicología forense del Poder Judicial de Misiones y de 42 años de docencia en la Facultad de Ciencias Exactas de la UNaM.
Destacó de su labor en los análisis a las muestras tomadas de Maximiliano Mendoza que se detectó 1,44 gramos de alcohol en sangre y ningún metabolito de marihuana o rastros de canabinoides.
En cuanto a los estudios a las muestras tomadas a Rolón, manifestó que los resultados fueron de 0,60 de alcohol en sangre, rastros de canabinoides y ninguna presencia en la orina de fármacos.
También sostuvo que de haber consumido en exceso Rolón algún tipo de droga como diazepinas, no pudo haber dormido cuatro días seguidos por tomar clonazepam. “Cuatro días es mucho”, resumió.
Memoria frágil
Héctor Fernández, vecino de pieza de Maximiliano Mendoza en el predio de calle Cerrito 2025, a pocos metros de la avenida Quaranta y la Rotonda de Posadas, donde ocurrió el homicidio en junio de 2018, fue citado a declarar ayer como testigo de las actuaciones policiales en la escenario del crimen. Se manifestó frágil de memoria y negó incluso una de sus firmas que obran en el expediente y que corresponde a su testimonio en el Juzgado de Instrucción 3, donde se inició la causa.
“No vi nada, no recuerdo nada, a mi no me molestaban, llegaba de trabajar y me encerraba en mi pieza y prendía la tele”. Negó haber visto el cuchillo (foto) con sangre y al lado del cadáver de Maxi.
Por su frágil memoria y la negativa de su rúbrica en el expediente el Tribunal solicitó se inicie una investigación por presunto delito de “falso testimonio y falsificación de documento público”.