Hugo Alberto Rolón, conocido como “Naranja” en el barrio El Progreso de Posadas, comenzó a ser juzgado este lunes por el Tribunal Penal 1, acusado de asesinar a puñaladas a Maximiliano Mendoza durante la madrugada del sábado 9 de junio de 2018 en una presunta pelea por un teléfono celular.
Tras dos horas de lectura del requerimiento de debate, decidió enfrentar a los jueces Ángel Dejesús Cardozo, Juan Manuel Monte y Viviana Cukla y ofrecer su coartada: “Yo no recuerdo qué pasó porque me dormí en el lugar del hecho, me despertaron a golpes y me fui del lugar (…) Me apuntaron a mí y hasta hoy sigo preso por eso, espero que vean con claridad y puedan resolverlo porque soy inocente. En ningún momento peleé con Maximiliano (Mendoza), era mi amigo, no sé por qué me acusaron, capaz porque estaba tan ebrio que no podía quedarme parado”.
“Se pueden ver bien las pruebas y darse cuenta que en la etapa de instrucción no se hicieron los análisis como correspondía. Estuve cuadro días durmiendo después, estaba mal después que caí detenido, en la bebida metieron pastillas”, fueron las frases de su relato que colisionaron con los primeros interrogantes planteados por el fiscal de TP-1, Martín Alejandro Rau, a su turno de indagar.
Aseguró que estuvo bebiendo antes que lo invitaran a ir a la pieza de alquiler de Maximiliano Mendoza por calle Cerrito a pocos metros de la avenida Quaranta, zona de la Rotonda de Posadas. Y que allí se quedó dormido porque tomaron licor de menta, luego vino y fernet, bebidas a las que Machado le habría puesto pastillas de clonazepam. “Me despertó Machado a los golpes, uno me dio en el ojo y me acusaba que lo maté a Maxi, yo estaba durmiendo sentado en la cama, salí y me siguió pegando mientras yo me iba a la casa de mi tía”, relató Rolón pero también aseguró que no vio ningún cadáver en el piso de la vivienda pequeña donde fue asesinado Mendoza.
Lo que “Naranja” Rolón sostuvo no coincide con la fiscal de Instrucción 6, Adriana Herbociani, y el juez Fernando Luis Verón en la elevación a juicio. El familiar al que recurrió el encartado admitió: “Vino Hugo y me dijo ‘tía salvame, maté a Maxi’, después se cambió de ropa que tenía sangre, zapatillas, buzo, remera y pantalón (…) Cuando llegó la policía lo detuvieron”.
En el expediente se remarca que la pelea entre Rolón y Mendoza se inició por el reclamo de un celular robado, que la víctima fatal presuntamente se lo birló al acusado, que era robado y que por esa supuesta deuda en la discusión lo hincó con un cuchillo de 14 centímetros de hoja que había llevado desde su casa y que fue secuestrado a centímetros del cadáver con dos estocadas, la letal que le perforó siete centímetros del pulmón derecho y dañó la aorta, lo que en pocos segundos decantó en el shock hipovolémico y óbito.
En el cuerpo de Mendoza se detectaron 1,44 gramos de alcohol, vestigios de marihuana y ningún rastro de otra droga o medicamentos psiquiátricos.