La aprobación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en el Senado implica que automáticamente se abre la puerta para su tratamiento en el directorio del organismo, lo que podría suceder la semana próxima.
Si se cumplen los tiempos previstos, en los próximos diez días deberían ingresar u$s9.800 millones que irán a engrosar las reservas netas del Banco Central (BCRA), que habían caído prácticamente a cero desde fines del año pasado.
Pero más allá del alivio en materia financiera, las dudas de los mercados pasan por el cumplimiento de las metas fiscales y financieras, que se vuelven más complicadas ante el cambio de las condiciones internacionales.
La invasión de Rusia a Ucrania implica más ingreso de divisas por los altos precios de las materias primas agrícolas. Pero, al mismo tiempo, será mucha más cara la importación de energía durante el invierno, lo que representará un alto costo fiscal para la Argentina.
“Desafío alcanzable”
Un informe de la consultora ACM consideró que el acuerdo es “cumplible, pero no exentos de desafíos”. “Lograr un déficit de 2,5% del PBI parece un objetivo alcanzable, aún cuando no se haga un ajuste del 0,6% en subsidios”. Según esas estimaciones, el año ya arranca con ahorros importantes por los gastos en COVID-19 y elecciones, que permitirían lograr la meta propuesta.
En el caso de la meta monetaria, que propone bajar del 3,7% del PBI a sólo 1%, se trataría de un objetivo más complejo. “Esto sucede porque implica aumentar el ahorro en pesos en una medida considerable”, agrega.
“Es positivo que el acuerdo evita que la economía caiga en una situación muy complicada y difícil de superar”, señaló la consultora.
Dólares y reservas
El acuerdo de entendimiento firmado con el Fondo Monetario Internacional es por un total de u$s45.000 millones, que se irán desembolsando a medida que se cumplan las metas estipuladas en cada revisión trimestral.
Pero este primer tramo del crédito del organismo tiene un doble objetivo: repagar los u$s2.800 millones que vencen la semana próxima y al mismo tiempo mejorar el nivel de reservas del BCRA.
Esto será posible porque en realidad el Fondo devuelve las últimas cancelaciones de vencimientos que realizó el Gobierno.El Banco Central entra así en “temporada alta” en materia de ingreso de divisas.
Además de los pagos del Fondo Monetario, a partir de abril ingresarán los dólares de la cosecha gruesa, con el agregado de precios internacionales por las nubes a causa de la guerra.
La soja, por ejemplo, continúa por encima de los u$s600. Hace una semana la oleaginosa terminó la rueda con un valor de u$s626,30 por tonelada, cerca de la marca histórica de u$s650,74 del 4 de septiembre de 2012.
El efecto de corto plazo del acuerdo con el Fondo representará una mejora del balance cambiario. La caída de la brecha cambiaria desde 100% a niveles inferiores a 80% también refleja una mayor tranquilidad de parte de los inversores.
La caída de los dólares financieros arrancó justamente desde fines de enero, cuando el Gobierno confirmó que finalmente había entendimiento con el organismo.
Sin embargo, el tipo de cambio parece haber encontrado un piso y el jueves el dólar libre rebotó hasta $202 y el “contado con liquidación”, que había finalizado debajo de $190 a fines de la semana pasada volvió a niveles de $195.
Inflación de más del 50%
Por otro lado, la expectativa también apunta a la evolución de la inflación, ya que el acuerdo estipula un rango de 38% a 48% para el 2022, que luego va descendiendo 5 puntos porcentuales por año.
Se trata, sin embargo, de una indicación que no representa una meta que obligatoriamente debe ser cumplida. El arranque de la inflación en los primeros meses de 2022 ya marca que el índice de inflación para el año estará cómodamente arriba del 55%, mucho más alto que el cálculo que figura en el acuerdo.
La estrategia de Martín Guzmán
Según el Programa de Facilidades Extendidas para refinanciar el Acuerdo Stand By más grande de la historia del FMI suscripto en 2018 por Mauricio Macri por u$s57.000 millones, de lo cuales se desembolsaron u$s44.500 millones, el ministerio Economía prevé que el financiamiento neto proveniente de bancos multilaterales de desarrollo y acreedores oficiales bilaterales sea de 0,4% del PIB por año durante 2022-24, una porción del cual ayudará a financiar tanto proyectos de infraestructura como programas para reforzar la protección social y la eficiencia energética.
“En este contexto, trabajaremos con miras a un acuerdo con los acreedores del Club de París sobre el calendario de repago de las obligaciones que sea consistente con nuestra capacidad de pago y la sostenibilidad de la deuda”, señala el proyecto que fue aprobado en ambas cámaras del Congreso y promulgado por el Poder Ejecutivo este viernes.
Este apoyo oficial, agrega el documento, combinado con un financiamiento neto del FMI al Tesoro en 2022 (0,7% del PIB), ayudará a reducir el financiamiento del presupuesto por parte del banco central a 1% del PIB en 2022 (criterio de ejecución cuantitativo), 0,6% del PIB en 2023 y cero en 2024.
“Adicionalmente, las condiciones de financiamiento buscarán reducir con mayor rapidez el financiamiento del Banco Central al Tesoro para acelerar el restablecimiento de la confianza en la moneda doméstica”, señala el proyecto de Martín Guzmán.