“Cambio climático: resiliencia y producción de yerba mate”, fue el título de la ponencia que brindó el Dr. Pedro Sansberro, investigador del CONICET y profesor en la UNNE, en la apertura de la segunda Jornada de Divulgación Científica en Producción de Yerba Mate, organizada por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
Con precisión y respaldado por estudios realizados desde hace 25 años, el experto invitó a repensar de qué manera producimos yerba mate en un contexto donde el clima se ha modificado sustancialmente, reduciéndose la disponibilidad hídrica.
En base a los estudios que realiza, ¿qué nos puede decir de la situación climática actual?
El cambio climático ya lo estamos viviendo; las proyecciones al día de hoy indican que no existe región en el planeta que haya sufrido una modificación ambiental.
Los informes periódicos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático indican que las temperaturas medias anuales en los últimos años se han incrementado en el promedio de un grado respecto a la temperatura media de la época preindustrial, que se toma a partir de 1850.
En cuanto a las precipitaciones para nuestra región yerbatera, vemos que en igual período se han modificado en el orden de una reducción de entre 150 y 250 milímetros, comparado con el inicio de la era industrial.
Durante su exposición, hizo notar que los eventos extremos del clima se evidencian con mayor presencia en los últimos años…
Si tomamos en cuenta la Cuenca del Plata, vemos que en los últimos tres años los períodos de sequía se han incrementado y se ha expandido en la región, comenzando desde el norte de Brasil, derramando hacia el sur.
Eso comenzó a generarse en 2019 y en la actualidad, es decir a septiembre de 2021, no solo se incrementó el área si no también la intensidad, considerándose sequía extrema, que la hemos vivido, que ocasionó olas de calor e incendios.
¿Cuáles son las proyecciones?
Las proyecciones del Panel Intergubernamental del Cambio Climático, que tiene en cuenta las emisiones de los gases de efecto invernadero, nos dicen que si se toman medidas para retener o retrasar el aumento de dióxido de carbono y se mantiene en un promedio de 480 partes por millón en el aire, el incremento de la temperatura se va a mantener en los valores registrados hoy, es decir de un grado.
Eso significa que, en el mejor de los casos, vamos a tener las situaciones que tenemos hoy. Si eso sucede, probablemente en un período de 30 a 40 años podamos tener un clima más benigno.
¿Cuáles son las medidas que debemos tomar en la producción de yerba mate frente a este escenario?
Tengamos en cuenta que el hábitat natural de la yerba mate es el sotobosque de clima subtropical.
Cuando se produjo la expansión comercial, sacamos a la planta de su hábitat natural, la llevamos a una situación adversa, una situación de estrés, con más irradiación, mayor temperatura, menor humedad relativa.
Ahora tenemos un desafío mayor, que es seguir produciendo en condiciones de menor disponibilidad hídrica, es decir producir con los efectos del cambio climático, algo que evidenciamos en el ciclo de producción 2021 /2022.
Y está proyectado que tanto las olas de calor como los períodos de sequía, se van a dar en una mayor frecuencia y con una mayor intensidad.
¿Qué podemos hacer frente a un clima que se presenta extremo?
Tenemos que replantearnos la forma de producir yerba mate y la forma de estudiarla. Eso significa prestar atención al suelo, a la planta y al ambiente. Hay que integrar microorganismos de rizósfera (interacción entre raíces de plantas y microorganismos del suelo), fertilidad de suelo, cobertura, e integrar los conocimientos, como por ejemplo el de asociación con otros cultivos. Es decir, ir hacia un manejo adecuado.
En la situación actual, me refiero al cambio climático, con la voluntad ya no alcanza, tenemos una emergencia, y estamos con una planta perenne donde las evaluaciones no son inmediatas, llevan su tiempo.