En las últimas horas, periodistas argentinos que viajaron a cubrir la guerra entre Rusia y Ucrania fueron víctima de diversos actos hostiles.
Entre otros altercados, los trabajadores de prensa nacionales fueron retenidos e indagados tal como si fueran delincuentes prófugos. Otros fueron demorados en controles vehiculares que se extendieron más de media hora. Por otra parte, algunos fueron apresados en comisarías de la zona por circular fuera de un horario permitido, medida que debería ser aplicada a los civiles y no a quienes realizan la cobertura del conflicto bélico.
Este tipo de situaciones se intensificaron a partir del asesinato del periodista estadounidense Brent Renaud, de 51 años, quien fue colaborador del diario The New York Times, y fue víctima en un ataque de las tropas rusas en cercanías de Kiev. En esa misma balacera resultó herido el fotógrafo colombiano Juan Diego Herrera Aredondo, de 46 años.
Experiencias de periodistas cubriendo la guerra Rusia-Ucrania
El periodista Gabriel Michi y el camarógrafo Leo Da Re, de C5N, fueron rodeados por un grupo comando que les dijo que ‘no podían estar en el lugar y les cortaron la comunicación’. Fueron retenidos durante 24 horas por el ejército de Ucrania.
En la ocasión, fueron interrogados y, tras la intervención de Cancillería argentina, pudieron cruzar la frontera y ya están en Polonia, lejos del centro del conflicto.
El grupo comando les prohibió permanecer en ese lugar y los trasladaron a una unidad militar donde fueron recibidos por una persona, quien les explicó la situación y fueron interrogados. Allí estuvieron retenidos durante 10 horas y fueron nuevamente indagados por un agente de inteligencia ucraniano “de muy mala manera”, explicó Michi, quien agregó que durante todo ese tiempo estuvieron incomunicados.
Por su parte, Nelson Castro y el equipo periodístico que lo acompañó, pudo entrar a Ucrania luego de atravesar una serie de inconvenientes. El colapso de vehículos y los controles de un lado y el otro provocaron una demora de seis horas para cruzar la frontera.
Los periodistas, con Castro a la cabeza, subieron a un colectivo que había cruzado a Polonia para trasladar a un grupo de refugiados con distintas patologías que necesitaban atención hospitalaria.
En cada una de las paradas se solicitó pasaportes del todos los pasajeros y en cada una la demora aproximada alcanzaba los treinta minutos. Además había una carrera contrarreloj para llegar a Lviv, antes del inicio del horario restrictivo para la circulación.
Ucrania decretó el toque de queda desde las 22:00 hasta las 6:00, franja en la cual solo personal autorizado puede moverse con libertad.
Después de superar tres barricadas militares locales con efectivos equipados con armas largas del estilo AK-47, un oficial -en realidad era un civil que trabajaba para las fuerzas- ordenó a los cinco periodistas que integraban la comitiva a bajar del micro.
Explicó que tenía que acompañar a todos a la comisaría más cercana por haberlos encontrado en la calle fuera de la hora permitida.
En la seccional, el clima era muy tenso con los efectivos hasta que Castro, luego de una hora del procedimiento, recordó su cobertura en Chernobyl de 2019, lo que generó que las aguas se calmaran.
En tanto, días atrás, el periodista chileno Daniel Matamala atravesaba por tierra territorio ucraniano junto con su grupo de trabajo cuando fue interceptado por la Policía nacional.
El interrogatorio fue más largo de lo normal, ya que el objetivo era determinar que no se trataba de una cuestión de espionaje o ilegalidad.
Tras permanecer varias horas en la comisaría, afirmó que fueron liberados gracias a la mítica figura de Diego Maradona.
“En uno de los controles de la ruta, la Policía nos requisó documentos, cámaras, teléfonos, y nos escoltaron a la comisaría.
Los primeros interrogatorios fueron tensos: es un país en guerra y se sospecha de espías o saboteadores”, remarcó Matamala.
También agregó: “Uno de los policías vio los pasaportes de mis colegas argentinos y dijo dos palabras que entendimos: ´Messi´ y ´Maradona´. Ahí todo cambió”.
“Nuestro gran camarógrafo mostró que tiene un tatuaje de Diego Maradona en la pantorrilla. Con eso, el ambiente cambió mucho y gracias a la mano de Dios y al fútbol logramos salir de esa situación y llegar (a destino) sin inconvenientes”, concluyó el trabajador de prensa.
Foto: Agencia de Noticias NA