En un momento donde el peligro de incendio se mantiene extremo y las necesidades en la zona se multiplicaron, los Bomberos Voluntarios de Garuhapé tienen dos de sus cuatro unidades de combate de incendios fuera de servicio por problemas mecánicos y una tercera que se encontraba con desperfectos salió del taller en la tarde de ayer.
Si bien hacen todo lo posible para cubrir las emergencias, “muchas veces no llegamos” y por tal motivo agradecen la colaboración de los cuarteles vecinos que prestan su colaboración.
El cabo primero Fabio Olke contó a PRIMERA EDICIÓN que “las unidades están sufriendo más de lo normal. Por esta situación extrema en la que nos encontramos, tenemos 4/5 salidas diarias y en un mes ya hicimos más de lo que realizamos habitualmente en un año”.
Además, agradeció la colaboración de la gente y la Municipalidad local, que los asiste con los camiones cisterna e incluso, cuando les toca trabajar en las colonias más alejadas, les acercan bebidas, alimentos y otros elementos que precisan.
“Estuvimos y seguimos trabajando en lugares muy escarpados, como son las zonas del Parque Salto Encantado. Los voluntarios como las unidades sufren mucho. No hay accesos o son cerros muy empinados, grandes caídas entre los montes. Los bomberos, en algunos casos tienen que hacer 700 metros a un kilómetro con la mochila para apagar un foco o hacer la guardia de cenizas”.