El caso de “Casi” Sotelo sumó un nuevo capítulo durante la tarde de ayer. A poco más de una semana de que intentaran matar a uno de sus sobrinos, ayer otro familiar recibió un disparo en el tórax y hasta última hora se debatía entre la vida y la muerte. El herido habría disparado contra otra persona en pleno centro posadeño (frente a la parroquia Sagrada Familia) y este respondió el ataque de la misma manera, a balazos.
Secuestraron once casquillos y dos cartuchos completos 9 milímetros en las inmediaciones de una plazoleta. También fue incautado un termolar y un vaso de los que se tomaron huellas.
El hecho
La balacera ocurrió sobre la avenida Roque Sáenz Peña, a la altura de la calle Tucumán. Duró unos pocos segundos e implicó al menos a tres participantes.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que un automóvil Ford Ka color celeste merodeaba la zona y al identificar a un hombre que estaba en la plaza en compañía de una joven, abrió fuego contra el varón, quien repelió los disparos de la misma manera.
La policía pudo establecer la identidad de un hombre de 36 años herido en el tórax. Se trataría de un familiar de Cristian Andrés Sotelo, ultimado en el barrio A3-2 el 13 de junio del año pasado tras una fiesta clandestina.
Si bien es una línea investigativa, el caso podría tener relación directa con el ataque que sufrió otro sobrino de Sotelo días atrás y en el mismo complejo habitacional en el que fue ultimado “Casi”.
El hombre que ayer llevó al nosocomio al hombre baleado, es justamente quien resultó herido hace diez días en A3-2 y, por lo tanto, fue demorado en averiguación del hecho.
Como elementos de investigación, la policía buscaba un automóvil de color gris, aparentemente marca Chevrolet modelo Cruze en el cual habría escapado la pareja después del fuego cruzado.
El Ford Ka, en tanto, fue secuestrado en el Hospital Madariaga cuando llevaron al herido. Hasta anoche su estado de salud era delicado. El juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, dispuso la búsqueda del Chevrolet Cruze para dar con uno de los protagonistas del tiroteo.
A su vez, fuentes confiables señalaron que el autor estaría identificado y sería un hombre que estuvo detenido por otro caso policial resonante ocurrido en junio de 2020: el crimen de la sargento Romina Rodríguez, en Garupá. La uniformada recibió dos balazos en su domicilio en lo que habría sido un intento de robo.
La otra línea investigativa tiene que ver con un supuesto problema de vieja data entre algunos integrantes de la familia Sotelo con otro clan. Los investigadores no descartan la vinculación de los hechos al menudeo de estupefacientes.
Los otros casos en el barrio A3-2
El 18 de enero, alrededor de las 23, en una calle del barrio A3-2, un vehículo Volkswagen Up detuvo su marcha frente a una propiedad y desde adentro, abrieron fuego con un solo objetivo, matar. La policía investiga un posible ajuste de cuentas en relación a la causa sucedida en 2021 en la que “Casi” Sotelo fue asesinado y que aún tiene a varios detenidos.
El vehículo blanco merodeaba las calles del complejo habitacional de la zona sur, frenó justo frente a la vivienda de un sobrino suyo, y dispararon alrededor de diez veces.
El hombre, de 32 años, y que estaba en la vereda trató de correr al verse en peligro y en principio fue herido en ambos pies. De inmediato familiares trasladaron a la víctima al Hospital Madariaga en donde fue atendido y a los pocos días fue dado de alta.
Ayer fue demorado tras llevar a su hermano herido de arma de fuego y con el avance de los minutos, supieron que ambos nos serían ajenos al tiroteo mencionado.
Cristian Andrés Sotelo (41) perdió la vida en un hecho similar el año pasado y en el mismo barrio. Eran las 6.30 del 13 de junio. “Casimiro” recibió un disparo en el pecho de una de las pistolas que blandían varios hombres que se bajaron de camionetas. Sotelo estaba en el domicilio junto a su sobrino y tres amigos, dos de los cuales también resultaron baleados en el tórax. Los tiradores se dieron a la fuga en los mismos vehículos que llegaron.
Los primeros datos de los investigadores de la Unidad Regional X y la Dirección Homicidios permitieron reconstruir los momentos previos al desenlace sangriento. Según trascendió, un sobrino de Cristian Sotelo y respectivos amigos ingresaron a una vivienda en el mismo complejo habitacional de la zona sur de Posadas donde se desarrollaba una fiesta clandestina que fue organizada por conocidos de “El Garrafero” a quien les facilitó la propiedad y que allí dentro se desató una pelea, que siguió en la calle pero que macabramente acabó con disparos de balas de varios calibres frente a la vivienda de “Casimiro”.
Aquel caso mantiene detenidos a varios hombres apuntados como los autores del ataque que terminó con la vida del entrenador de fútbol y vecino muy querido en la zona.