
La pesquisa por la muerte de Cristian Andrés Sotelo (41) dio nuevos pasos y de acuerdo a fuentes consultadas, la Justicia liberó a uno de los cinco detenidos que tenía la causa, aparentemente porque testimoniales recientes no lo ubican en el lugar del hecho. Mientras se espera para estos días que se concrete la prisión preventiva para los que siguen en prisión, cuatro en total, libraron una orden de captura para otros dos hombres conocidos como “Pitoka” y “Cafú” quienes fueron apuntados también en la investigación.
La causa hasta ayer tenía cinco detenidos entre los que figuraba el presunto organizador de la fiesta clandestina, conocido como “Belco”, el propietario de la vivienda en donde se realizó la reunión (El Garrafero) quien se entregó dos días después y otras tres personas. Finalmente se supo que uno fue liberado aunque no se confirmó que está desvinculado totalmente y no sería de los principales apuntados.
Se cree que testigos que pasaron recientemente ante el juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor, quien instruye el caso, no lo identifican al momento de la balacera.
Si bien ya se había establecido que el hombre conocido como “Pitoka” estaba prófugo y podía tener relación con el hecho, ahora se estableció oficialmente el pedido de su captura al igual que para un joven de unos 27 años apodado “Cafú”. A ambos lo vinculan con las personas que abrieron fuego contra Sotelo y allegados el pasado domingo 13 de junio luego de una fiesta clandestina, a la que supuestamente irrumpieron de manera violenta víctima y amigos y el ataque mencionado sucedió a modo de “venganza”.
Un familiar de la víctima apuntó días atrás en su declaración, directamente a “El Garrafero” y se cree que otros testimonios recientes le dieron motivos al magistrado como para solicitar ahora dos detenciones más.
De acuerdo a lo que declaró en su momento un sobreviviente del ataque, “El Garrafero” y “Pitoka” formaban parte del grupo que disparó a quemarropa contra Sotelo aquel domingo 13 de junio a la madrugada. El joven, de 22 años y quien también fue alcanzado por los impactos de bala, estuvo varios días internado en el Hospital Ramón Madariaga. Ahora se convirtió en un testigo clave en la investigación, teniendo en cuenta que estuvo frente a frente con quienes les dispararon.
El hecho
Tal como publicó PRIMERA EDICIÓN, ese domingo a las 6.30 Cristian Sotelo, quien era conocido en el barrio como “Casimiro”, fue prácticamente ejecutado de un tiro en el pecho. También resultaron heridos con arma de fuego su sobrino y otro joven que lo acompañaba. Los agresores, según supo la policía por testigos, abrieron fuego desde al menos tres vehículos y en más de 20 ocasiones (dato que surgió de la cantidad de casquillos de bala hallados en la escena). En la autopsia extrajeron un proyectil 9 milímetros del corazón de la víctima fatal.