Se entregó ayer ante la Justicia el joven conocido como “El Garrafero” (29), uno de los sospechosos del crimen de Cristian Andrés Sotelo (41), perpetrado el pasado domingo a las 6.30 en el barrio A3-2, sur de Posadas.
Era buscado desde que ocurrió el hecho -al igual que “Petaca” que sigue prófugo- como los autores de los balazos contra Sotelo y tres de sus amigos desde dos vehículos.
La víctima fatal recibió un impacto de bala en el pecho y murió camino al hospital. Dos jóvenes más fueron alcanzados por los proyectiles, también en el tórax. Un tercero, de milagro se salvó aunque resultó lesionado.
Según los peritos y teniendo en cuenta la cantidad de vainas servidas incautadas en la escena, fueron más de 20 disparos los que les efectuaron a las víctimas.
Tras un rápido accionar policial fueron capturados tres presuntos implicados. Todos presumiblemente formaron parte de la banda que al parecer por venganza, planificó el ataque. “El Garrafero” como supuesto ideólogo de la ejecución al estilo pandillero.
Tal como publicó ayer PRIMERA EDICIÓN en exclusiva, su entrega era inminente desde que su padre, a través de la policía, le habría instado a que se presente ante la Justicia porque “temía por su vida”. Es que en el barrio el clima no es el mejor desde que ocurrió la muerte de Sotelo.
Junto a un abogado
Ayer a las 13.40 se presentó ante la Dirección de Homicidios el mencionado sospechoso, acompañado de un abogado en la causa caratulada en forma preventiva como “homicidio agravado”. Luego de quedar detenido, fue examinado por un médico policial y se le realizó la pericia de guantelete de parafina para establecer si manipuló un arma.
Fuentes del caso indicaron que la bala que le extrajeron a Sotelo corresponde a una pistola 9 milímetros. El plomo le atravesó el corazón. Acerca de la indagatoria al acusado, ante el juez de Instrucción Ricardo Balor, se estima que podría concretarse entre mañana y el viernes. Por el momento el sumario policial no fue remitido al citado juzgado. En dicha audiencia el sospechoso podrá dar su versión de los hechos o abstenerse.
Entre los cuatro sospechosos de ser cómplices continuaban tras las rejas y estaba demorado un hombre que se cree fue el que peleó con Sotelo en la fiesta clandestina organizada por “El Garrafero” y que habría sido el detonante del crimen. Dicho evento ilegal fue en el barrio A3-2. Se trató de una celebración exclusiva para un selecto grupo de allegados al implicado.
Se llevó a cabo en una propiedad particular ubicada a menos de cien metros de la comisaría Décima. Para ingresar al lugar al parecer se debía presentar tarjeta de invitación. La fiesta también habría contado con un DJ y equipos de luces y sonido de última generación. Casi 50 personas tenían “el acceso” asegurado tras recibir las invitaciones. Incluso uno de los cuatro detenidos era quien hacía un “show en vivo cantando los hits del momento”, dándole mayor “prestigio” al evento que infringía las normas vigentes sobre bioseguridad.
A ese lugar, habría ingresado Sotelo junto a un grupo de amigos. Fue entonces que se encontró con el “cuidador o encargado de seguridad” de la casa, con quien habría discutido y luego peleado. Esto habría enfurecido a “El Garrafero” y sus presuntos cómplices.
Acto seguido, habrían ido a buscar a la vuelta de la cuadra a las víctimas y les dispararon. Al menos eso se sabe desde la investigación hasta el momento.