La Justicia le autorizó a dos hermanos de Cristian Andrés Sotelo (41), el hombre asesinado de un balazo el pasado domingo a la mañana, a salir de su lugar de reclusión para poder darle el último adiós a su familiar, señalaron fuentes del caso.
Esto se llevará a cabo bajo estrictas medidas de seguridad y con una fuerte custodia a los dos detenidos, quienes se encuentran alojados en Loreto y en la Unidad Penal VI, ubicada en Miguel Lanús.
En principio ambos reos iban a asistir en horario nocturno, sin embargo el clima en el barrio donde ocurrió el hecho no sería el mejor y esto encendió la alarma tanto de la policía como de los efectivos del Servicio Penitenciario Provincial (SPP). Para evitar cualquier posible incidente entre algunos familiares y conocidos del fallecido, con los parientes y allegados a los dos prófugos y acusados de ser los que dispararon, las autoridades decidieron que la presencia de ambos hermanos de Sotelo solamente se realice en horario diurno. Es que el velorio al parecer está previsto en el mismo barrio donde hasta antes del crimen todos convivían como vecinos sin mayores conflictos.
Mientras tanto se intensificaba la búsqueda de los supuestos tiradores, conocidos como “El Garrafero” y “Petaca”, quienes no se descarta intenten salir del país por la zona de Jardín América, donde el primero tiene familiares y contactos, sobre todo en la zona de Colonia Oasis. A todo esto, cuatro sospechosos de ser cómplices continuaban tras las rejas y estaba demorado un hombre que se cree fue el que peleó con Sotelo en una fiesta clandestina organizada por “El Garrafero”.
Clandestina y “exclusiva”
Fuentes del caso indicaron que la fiesta clandestina en el barrio A3-2, donde se inició el enfrentamiento que derivó en la “ejecución al estilo pandillero” de la víctima, era “VIP y exclusiva”, es decir para un selecto grupo de allegados a los ahora prófugos.
Se llevó a cabo en una propiedad ubicada a menos de cien metros de la comisaría Décima y de la Dirección General de Seguridad.
Los investigadores descubrieron que para ingresar al lugar al parecer se debía presentar tarjeta de invitación. El evento ilegal también habría contado con un DJ y equipos de luces y sonido de última generación. Casi 50 personas tenían “el acceso” asegurado tras recibir las invitaciones. Incluso uno de los cuatro detenidos era quien hacía un “show en vivo cantando los hits del momento”, dándole mayor “prestigio” a la fiesta que a todas luces rompía todos los protocolos de bioseguridad por la pandemia.
A ese lugar, habría “osado” ingresar Sotelo junto a un grupo de amigos. Fue entonces que se encontró con el “cuidador o encargado de seguridad” de la casa, con quien habría discutido y luego peleado.
Al menos eso surge por ahora de la investigación.
Tras enterarse del enfrentamiento fue que “El Garrafero” habría entrado en cólera y jurado venganza. Buscó a sus cómplices y a bordo de un vehículo, según surge de testimonios recabados por la policía, se dirigió a la vuelta de la cuadra, donde estaban las víctimas.
El resto es historia conocida, tal como publicó ayer PRIMERA EDICIÓN.
Los cuatro amigos fueron baleados desde al menos dos camionetas, muriendo Sotelo por un impacto en el pecho y quedando gravemente heridos dos jóvenes, también tras recibir proyectiles en el tórax. Un cuarto joven zafó de las balas, pero terminó lesionado.
La Policía incautó un automóvil perteneciente a un pariente de Sotelo, con la impronta de seis balazos. Se secuestraron en la causa municiones calibre 38 y un revólver calibre 22.
Pidió al hijo que se entregue
Fuentes del caso confiaron que el padre de uno de los prófugos habría instado a su hijo que se entregue, ya que teme por su integridad física tras lo sucedido, aunque no habría aclarado los motivos.
De todas maneras tampoco se descartaba que los dos individuos buscados se presenten ante la Justicia en las próximas horas.
Municiones
Dentro de la casa donde se cree residía “El Garrafero” los investigadores hallaron dos cargadores de arma de fuego metálicos color negro, siete cartuchos de calibre 38 y ocho cartuchos calibre 22 largo, tal como se publicó.