Tras la sentencia, el salón social del Oberá Tenis Club ayer se transformó en múltiples abrazos, silenciosos, llenos de lágrimas y afecto con la familia de Hugo Wasyluk. Su madre Bárbara Chitouvsky (83) y con la suavidad de una abuela dialogó con PRIMERA EDICIÓN: “Estoy agradecida a la Justicia de Misiones como madre y por mi hijo para que no le suceda nunca más a nadie algo así. Ningún ser humano se merece lo que le hicieron a Hugo, lo destrozaron como a una bestia, lo hicieron pedazos estos policías”.
“Ahora espero descansar más tranquila, no podía dormir, me despertaba de madrugada a las 1 o a las 2 y me quedaba sentada hasta el amanecer ya con el corazón enfermo, hinchado, sobreviviendo a base de pastillas. Quien sabe ahora pueda dormir un poquito más y que mi hijo tenga paz por fin”, agregó pero también remarcó: “Por favor lo pido, que esto no se lo hagan más a nadie porque el dolor es infinito. Cuántos inocentes se perdieron, dónde están ellos, dónde está Mario (Golemba), qué hicieron con él. Su papá murió como mi esposo, llorando de tristeza (…) Pasaron diez años de horror, ahora quiero continuar cerca de mis hijos y nietos, son todos muy amorosos”.
Sobre cómo hizo para soportar el juicio, sintetizó: “Todos estos días me apoyé en Dios, recé para resistir y ver las fotos de la autopsia y escuchar a los criminales. Confié en la Justicia, me tocó ver a los acusados reírse durante el debate y yo bajaba la cabeza y pedía y pedía a Dios que los condenaran, que se haga justicia, que los que deben paguen. Ellos lo negaron y se dijeron inocentes, bueno ahora quedó clara toda su maldad. Hugo ayudaba mucho en la chacra, mi esposo estaba enfermo y mi hijo limpiaba y trabajaba. Se iba a tarefear para sumarle unos pesos para su hijito (Lucas) y para todos nosotros. Fue muy doloroso perderlo”.
Para Bárbara no hay gesto de venganza: “No, lo repito, no tengo rencor con nadie, ni con ellos por lo que le hicieron a mi hijo. De verdad, no tengo rencor”.
Carlos Wasyluk (55) uno de los siete hermanos de la víctima fatal también lanzó su sensación: “Estoy conforme, se hizo justicia. Fueron diez años de garra de mi vieja, de esfuerzos de toda la familia para que mi hermano pueda descansar en paz. Lo que le pasó a Hugo es imposible desearlo para otra persona, al hijo de nadie y espero que esto sirva para que algo cambie”.
“Dudar que este juicio llegara finalmente no puedo negarlo, eso siempre puede ocurrir pero no dejamos de confiar en estos jueces y en Dios para que esto se resolviera. Hugo fue un excelente hermano, muy compañero, siempre tendía su mano, un tipazo. Recuerdo que hasta me acompañó a Buenos Aires cuando fuimos a competir en las pulseadas del programa de televisión de Gerardo Sofovich. Era muy fuerte, un groso”.
En el mismo sentido opinó Jorge Wasyluk (62), también hermano: “Siento que nos sacamos una mochila muy pesada que la soportamos por demasiado tiempo. Todos los días de debate fue recordar lo que sufrió Hugo. Presenciamos lo que le hicieron y eso duele profundamente. Vimos que la golpiza no le permitía caminar, hablar, quedó inmovilizado hasta que murió”.
“Nadie puede estar feliz porque alguien vaya preso. Que esto sea un ejemplo que se paga si se hacen las cosas mal (…) Los policías tienen que cumplir con su función. Durante este tiempo sufrimos presiones y amenazas, pero no les alcanzó para perjudicarnos más”.