Antonela Muller y Alejandro Borgmann están al frente de una chacra sustentable situada en colonia “Barrio Don Hilario” de Capioví, donde se dedican a la cría sustentable de pollitos y gallinas para la producción de huevos. Ambos viven allí desde 2017 donde se establecieron para producir de todo un poco, pero siempre con una mirada agroecológica.
“Si bien la actividad principal es la producción de huevos, tratamos de contar con una amplia variedad de productos, siempre con el principio de la agroecología, no solamente en la producción de alimentos sino en el cuidado del entorno de los animales”, explicó Muller a Eco y Agro.
De hecho, su granja se encamina hacia una nueva certificación agroecológica de las chacras, ya que en principio cuentan con la vegetal y desde el ministerio de Agricultura Familiar se estudia avanzar con una certificación agroecológica animal.
“La agroecología no solo se centra en lo vegetal sino también en el bienestar animal, es decir: que no estén encerrados, estresados o en el barro; siempre con una buena cama, que puedan salir al aire libre y disfruten de un buen pasto y demás”, contó la mujer.
Cuentan con un plantel de “puros”: plymouth rock barrada y Rhode Island Red.
En ponedoras, hay línea Brown y cruzas, un híbrido Rhode Island Red más ponedoras que se producen para destinarlas a comunidades Mbya guaraníes, orfanatos y también venta directa al productor.
Otro grupo de híbridos: Negras INTA, Rodhe Island Red más plymouth rock barrada, que tienen como destino la venta directa al productor y también para la producción de huevos de la granja propiamente dicha. Allí también tienen codornices.
Bioinsumos
Algo muy importante que realiza el matrimonio es la producción de bioinsumos para la agricultura. “Los vendemos a los productores amigos agroecológicos, a quien les interese, además que lo utilizamos en la chacra”, detalló.
La línea se compone de biofertilizantes mineralizados, lejía potasica, caldo de ceniza potásico, bacashi, caldo sulfocalcico e hidrolato de humus.
Con dos invernaderos
La producción de tomates, pepinos y morrón se desarrolla bajo cuidados especiales en uno de los invernaderos más grandes de la chacra. Al lado, otro más pequeño se destina a la producción de plantines hortícolas y medicinales.
Con esta última, Antonela Muller se dedica a la producción de cosmética natural.
“Esa es la idea de la agroecología: abarcar todo, tanto lo que está dentro de la chacra como lo que se piensa que se puede comprar fuera”, señaló con orgullo la emprendedora.
Entre los artículos que elabora se encuentran jabones, desodorantes, tinturas, pasta dental y afines.
El matrimonio cuenta además con una pequeña sala de elaboración de alimentos y cuando es época de zapallo y mandarinas.