El fin de semana largo se venció el plazo para que los supermercados adecuaran sus espacios según las nuevas exigencias de la Ley de Góndolas para que el 25% de la mercadería que venden tenga origen en PyME, pequeñas firmas y proveedores chicos.
La ley aprobada hace un año, y ahora en plena vigencia de todos los plazos establecidos, regula la exhibición de productos en góndolas de supermercados y comercios cuya superficie de venta de alimentos, bebidas, productos de higiene y limpieza del hogar sea igual o superior a los 800 metros cuadrados.
En Misiones abarca solamente a las grandes cadenas nacionales de supermercados e hipermercados. Por ese motivo en la provincia, fue necesario crear otro instrumento: la Ley de Productos Misioneros para que la mayoría de los supermercados pudieran adecuarse y contar en sus exhibidores con los artículos provistos por pequeños emprendedores.
Para seguir de cerca su cumplimiento, desde la semana entrante la oficina de Defensa del Consumidor, que depende de la Secretaría de Comercio Interior, comenzará con un operativo para monitorear el cumplimiento.
“A partir de relevamientos previos pudimos observar que venían bien, dentro de lo que significa dar los primeros pasos para que el instrumento sea eficaz”, fue la respuesta del titular de la oficina de Defensa del Consumidor, Alejandro Garzón Maceda, quien señaló que “la mayor dificultad está dada por el propio emprendedor, quien para poder ofertar lo que vende tiene que cumplir con exigencias básicas de higiene, salud e impositivas. Los proveedores deben reunir ciertos requisitos: inscripción en el Registro Nacional de establecimientos (RNE) que es otorgado por el INAL, para producir y estar en góndola, y el de Alimentos y Suplementos Dietarios (RNPA). De lo contrario no se puede”.
En ese sentido, el funcionario comentó que “hay parte de la publicidad de la ley que no aclara estos aspectos y es el más importante porque no cualquier productor puede vender en los supermercados. Para dar un ejemplo: no se puede pasar por encima del Código Alimentario Argentino”.
“Hay que ser claro con esto, porque alguna persona que busca artículos locales podría pensar que la norma se incumple, y no es así. No todos los productores artesanales o regionales ni cooperativas reúnen los requisitos”, aseveró Garzón Maceda.
Limitaciones
Prosiguió el director de Comercio: “Es sumamente importante entender que no es un mecanismo que facilita vender así sin más. El que vende tiene que armar un esquema, y entrar en un circuito muy distinto de la distribución a pequeña escala. Esa es una limitación muy importante a la hora de vender en grandes volúmenes y ahí se dan cuenta que no es lo mismo que vender en una feria”.
Lenta integración
Una recorrida informal de PRIMERA EDICIÓN por góndolas de los supermercados y las grandes cadenas reveló que hay industrias y PyME misioneras incluidas, sin contar artículos que ya se exhibían y vendían antes de la ley, como por ejemplo las yerbateras y productoras de té.
En coincidencia, Garzón Maceda apuntó que en los diferentes relevamientos llevados adelante por su oficina, “hemos visto que productos que anteriormente no tenían acceso a los grandes comercios, muchos de ellos con una cuestión de volumen de producción y venta”.
Además, el funcionario afirmó que “hay gente que se ha ido integrando de a poco a causa de un gran problema dado por el volumen de producción, porque para entrar a vender a los supermercados hay que garantizar cierto volumen y la reposición y el retiro del producto que no se haya vendido o vencido, en el caso de los alimentos”.
Complicaciones en la logística, entre los mayores inconvenientes
Entre las limitantes que reportaron algunos emprendedores a este Diario, aparece principalmente la logística.
“Alimentar varias bocas de expendio, algunas de ellas bastante alejadas de la otra es una limitación para poder entrar en este tipo de comercios”, reconoció en coincidencia, Alejandro Garzón Maceda.
“Lo que hizo la ley provincial, y que estaba vigente mucho antes que la Ley de Góndolas fue armar un esquema más adaptado a nuestra propia realidad”, apuntó. Cabe señalar que la Ley de Productos Misioneros abarca un universo mucho más amplio de artículos, desde un trapo de piso a un salame, por mencionar ejemplos.
“Cualquier cosa, la que se le ocurra al consumidor, se puede vender y por ley tener parte de góndola”, enfatizó el defensor de los consumidores.
Otro aspecto que se tuvo en cuenta para facilitar la inclusión fue la posibilidad, a través de convenios firmados con la autoridad competente y diferentes sectores, de la creación de un esquema para que los productores artesanales que no estan inscriptos en Industria ni en registros alimenticios, tengan acceso a las capacitaciones y la facilidad de ingreso a los registros nacionales.
Programas
“El instrumento provincial permite que esa pequeña PyME pueda vender dentro de la jurisdicción de la provincia, es decir que en Corrientes no lo podría vender; sin embargo sí le facilita encuadrarse para vender”, dijo el funcionario.
Una de las tareas desde que ambas normativas entraron en vigencia fue tarea del Estado Provincial ayudar a los pequeños proveedores a conseguir adecuarse a los requisitos.
“Para comercializar en un supermercado se necesita código de barra, algo que lo otorga la Nación, pero el Ministerio de Bienestar Social tiene un programa para conseguirlos, porque sin eso es imposible vender porque es la manera en que los supermercados reciben, comercializan y hacen control de stock. El código de barras es algo que sale carísimo y la Provincia esta garantizando a los productores su acceso a un precio razonable, ya que se hace cargo ella”, argumentó. Así y todo, se sigue con un bajo porcentaje de participación de emprendedores ya que apenas una veintena de pequeñas PyME se sumaron a la iniciativa.
“Es un proceso que va a tomar su tiempo, porque estamos adaptando la Industria a estos cambios”, finalizó.