Descendiente de diaguitas calchaquíes, su padre era un obrero de la industria azucarera que trabajaba en el ingenio Guzmán, mientras que su madre trabajaba de lavandera para familias más acomodadas.
Desde muy joven comenzó a cantar folclore, y rápidamente su talento fue descubierto por todos. Fundadora del Movimiento del Nuevo Cancionero y una de las exponentes de la Nueva canción latinoamericana, incursionó en otros géneros como el tango, el rock y el pop.
Se definía a sí misma como “cantora” antes que “cantante”, siendo una distinción fundamental de la nueva canción latinoamericana de la que ella fue una de las iniciadoras: “Cantante es el que puede y cantor el que debe”, decía Facundo Cabral.
Entre las interpretaciones con que se ha destacado en el cancionero latinoamericano se encuentran “Al Jardín de la República”, “Canción con todos”, “Alfonsina y el mar”, “Gracias a la vida”, “Como la cigarra”, “Zamba para no morir”, etc.