La progresiva reapertura de la economía argentina tras el período más brutal de la crisis sanitaria por la pandemia aún no manifestó su impacto en una mejora significativa en las condiciones de vida de los argentinos. Las más de 18 millones de personas que representan al 40,6% de la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC dan cuenta de ello.
Significa que 18,8 millones de personas no contaron con los ingresos necesarios para cubrir la canasta básica de consumo. Y lo que es peor: el informe mostró que el 10,7% de la población (4,9 millones de personas) no pudo comprar los alimentos mínimos y se ubicó por debajo de la línea de indigencia.
Como casi siempre, son los menores de hasta 14 años los más afectados por la pobreza: el 54,3% de ellos se encuentra en esa situación. También tienen la tasa más alta de indigencia, que es de 16,6% en este segmento de edad.