Arar la tierra. La foto fue tomada en la Colonia Agrícola de Apóstoles en el año 1898, quizás ante el asombro y el desconcierto del circunstancial fotógrafo al ver a dos mujeres, que parecerían ser madre e hija, llevando el arado y guiando a los bueyes, mientras la tierra se abría para recibir la simiente.
Para el historiador apostoleño, Esteban Snihur, la imagen dice mucho. Se vuelve simbólica, testimonio de un tiempo de sacrificios, de carencias de todo tipo, de angustia por el futuro incierto. Pudiera creerse que la foto muestra un hecho excepcional, una rareza. Sin embargo, la imagen de la foto era común al paisaje del sudeste de Misiones.
La realidad, sin posibilidades de retorno ni escape, en la que se insertaron los inmigrantes en las colonias agrícolas del sudeste de Misiones fue cruel, sin treguas, donde el “hacer la América” se había convertido en los primeros años en una calamidad más que en promesas de prosperidad. Para la mayoría se trataba de lograr sobrevivir.
Muchísimos de los hombres, esposos, padres, simplemente morían en la batalla que implicaba desmontar, quemar la maleza, abrir los surcos en la tierra, plantar, luchar contra las plaga de las hormigas y las langostas y esperar que algo de lo plantado prendiera y fructificara.
Y cuando el hombre caía en aquella lucha contra la naturaleza, muerto o derribado por la enfermedad, aparecía en escena la mujer, que de estar a la par del hombre pasaba a ocupar el lugar de éste en los trabajos de la chacra. Se trató de una vivencia histórica tan fuerte que marcó definitivamente el carácter y la identidad de la mujer misionera en las colonias agrícolas y que aún hoy pervive en Misiones.
La capilla de Colonia Las Tunas
Dice el texto escrito en la foto: “Los que cavaron fundamentos de Capilla Católica Rutena en Las Tunas el 14 de noviembre de 1932”. Decenas de colonos, algunos ya hijos y nietos de los pioneros, congregados en pos de un objetivo común: construir el nuevo edificio de la Capilla.
La foto expresa con el lenguaje de la imagen el desarrollado concepto de “trabajo comunitario” que tenía el inmigrante polaco y ucraniano, al punto que implicaba la postergación del interés particular en pos de lograr la concreción de un proyecto de comunidad. Y un dato no menos importante, el deseo, la intención, de eternizar ese momento en una toma fotográfica. Había que convertir aquel acto también en un mensaje a la posteridad.
Detrás del grupo se observa el edificio de la primitiva capilla, la que dará lugar a la nueva, la que construirá ese grupo de colonos y que es la que hoy podemos apreciar en Las Tunas.
La administración y el clero de las colonias agrícolas del sudeste de Misiones
Sentados: el Conde José Bialostocki, administrador de la Colonia Agrícola de Apóstoles, el Superior de la Orden Verbita en visita pastoral a la feligresía de la colonia y el P. Marianski, párroco de la Colonia Agrícola de Azara.
De pie los PP. Vaprovech, Szenyszyn y Ananyevicz (del rito greco-católico) y el P. Doering (del rito latino-católico). Como fondo de la fotografía el templo de San Antonio, en Azara.
Resulta notable el profundo trabajo social que realizaron los cinco sacerdotes mencionados.
Su tarea fue más allá de la labor específicamente religiosa. Efectuaron, además, un trabajo de promoción socio cultural nunca antes visto en el sudeste de Misiones. Generaron los primeros centros cooperativistas, bibliotecas, salones de lecturas, editaron periódicos, organizaron grupos de teatro, bandas musicales, etc.
Además excedió los límites de la colonias, llegando inclusive a lugares tan lejanos como Bonpland, Cerro Corá, Concepción, Colonia Santa María, San Javier.