Desmenuzada, la Encuesta Permanente de Hogares que publicó el INDEC esta semana permite conocer en detalle ciertos aspectos del entramado social argentino. Uno de ellos describe cómo se estructura la pobreza en el país y deja al descubierto que el flagelo se cebó con los menores de catorce años.
Se trata de seis millones de chicos que viven en hogares pobres en Argentina, y que fueron los más golpeados por el deterioro social impulsado por la inflación y la recesión en medio de la pandemia. En esa franja etaria el índice de pobreza alcanzaba al 53,6% al finalizar el primer trimestre del año.
Paralelamente la pobreza se duplicó en un año entre los mayores de 65 años, ya que subió del 7,8% al 15,1%. Hay unos 800.000 abuelos que están en situación de pobreza, en buena medida por la caída del poder de compra de las jubilaciones y pensiones.
La pobreza, lejos de ser un mal en retirada, sigue golpeando donde más duele.