Si sos adolescente te explico que el acné comienza porque los poros de la piel se tapan con grasa y células muertas. Cada poro está conectado a una glándula que produce una sustancia aceitosa llamada sebo. Al tapar los poros causa el crecimiento de una bacteria entonces, los glóbulos blancos van al ataque de la bacteria provocando inflamación y acné.
Son muchos los factores que contribuyen a su desarrollo como los cambios hormonales, el estrés, la dieta y la genética.
Una vez que comenzó lo ideal es recurrir al dermatólogo quien te derivará a una cosmetóloga de confianza. Este binomio trabaja en sintonía para solucionar este problema que tanto amarga a los adolescentes y los vuelve inseguros.
No hay soluciones mágicas, requiere de constancia y responsabilidad por parte del paciente. Tampoco podés aplicarte productos caseros que te indica una amiga, ni recurrir a información que están en las redes porque pueden empeorar el problema.
Siempre me gusta darte tips y esta vez te sugiero una mascarila de miel y canela en polvo porque tiene propiedades antibacterianas y reduce la inflamación.
Otra opción es que con la cara bien limpia te apliques el gel del aloe, lavar la hoja, dejarla en agua toda la noche en un vaso en la heladera, al otro día recién podés extraer el gel.
Nosotros encontramos en algunos casos lesiones inflamatorias a veces no (comedones abiertos o cerrados), pero casi siempre es combinación de ambas.
La piel oleosa y con excesivo brillo es lo que más les molesta, pero no por eso te apliques alcohol, sólo lograrás sensibilizar la piel.
Entre otras cosas recurrimos al ozono (contiene 3 átomos de oxígeno) así logramos la oxigenación de los tejidos, es un poderoso bactericida y nos ayuda a disminuir el eritema, a regular el sebo y a mantener la humectación de la piel.
Cuando el dermatólogo realiza el diagnóstico e indica la medicación, la cosmetóloga mejora el ph de la piel, trabaja el enrojecimiento descongestionando la piel con máscaras.
Aplicamos el aceite Tea Tree porque ayuda a combatir la bacteria y reducir la inflamación.
Muy importante es que mantengas tu rostro siempre limpio y que dos veces a la semana tengas que exfoliarte así quitarás células muertas, la fricción debe ser suave, el agua para enjuagarte debe ser tibia y para secarte hacerlo presionando suavemente la toalla sobre tu rostro.
Incluye en tu alimentación frutas, verduras, nueces, legumbres. Reduce el nivel de estrés y no estés tan pendiente del espejo. Todo tiene solución y una gran parte está en el grado de responsabilidad que asumas.