Entre las 16.30 y las 19 del martes 27 de septiembre de 2016, Víctor Maidana (73) perdió al vida por el shock hipovolémico que le provocaron golpes, pero principalmente dos estocadas de cuchillo en el cuello tras una discusión en la casaquinta del paraje San Isidro en el sur de Posadas, en la que se desempeñaba como cuidador o encargado.
El hallazgo, 24 horas después, fue conmocionante porque fueron los bomberos de la Unidad Regional X los que lo encontraron tras ser alertados de una quema de pastizales en un sector de “chanchería” en una propiedad de picada Los Patitos a menos de treinta metros del cruce con la avenida Alicia Moreau de Justo (exruta 213).
El fuego estaba a punto de ingresar a “El Lucero” por lo que los bomberos ampliaron el operativo de contingencia pero tras controlar el foco dieron con el cuerpo inerte de un hombre que minutos después vecinos y familiares confirmaron de quien se trataba.
La labor de la Dirección Homicidios bajo las decisiones del juez de Instrucción 2, César Antonio Yaya (hoy integrante del Tribunal Penal 2), con la identidad establecida de la víctima, no demoraron en ubicar a dos mujeres como vinculadas con el crimen.
Felipa Acuña, por entonces de 58 años y su hija de 36 fueron demoradas en el complejo habitacional San Isidro.
Acuña, según la investigación, estaba en pareja con Víctor Maidana, pero el desenlace fue trágico para el cuidador cuando lo descubrió con la hija tras haber mantenido relaciones sexuales en la vivienda de la quinta El Lucero.
Sorpresa, rastrillo y cuchillazos
De acuerdo al expediente, Acuña irrumpió el 27 de septiembre y comprobó lo que sospechaba. Los encontró juntos y desnudos. Tomó un rastrillo y comenzó a golpearlo a Maidana con el palo de la herramienta pero también le dejó rastros de los dientes metálicos en el cráneo y rostro.
El ataque rodeado de gritos e insultos aumentó y culminó cuando el encargado de la propiedad recibió dos cuchillazos en el cuello, uno le perforó la carótida, perdió el conocimiento y el shock corrió irreversible al óbito.
Testimonios y pericias concluyeron en la versión y fue el fiscal de Instrucción 2, Christian Antúnez, quien en noviembre de 2018 emitió opinión coincidente con el juez Yaya y el expediente fue elevado a juicio oral con una sola acusada, Felipa Acuña, por “homicidio simple” (entre 8 y 25 años de prisión según el artículo 79 del Código Penal Argentino).
La relación sentimental oculta de Maidana con la hija de Acuña se convirtió en la principal hipótesis de la investigación de los efectivos de la Dirección de Homicidios de la Policía y pesquisas de la Unidad Regional X. Recogieron testimonios de vecinos que vieron entrar y salir de El Lucero a Maidana en su motocicleta y acompañado por la mujer de 37 años y luego a pie a esta última alrededor de las 17.30 del martes 27 de septiembre.
El posterior hallazgo de prendas de vestir con manchas de sangre en la vivienda de Acuña giraron la sospecha hacia ella y no sólo a su hija.
Un par de ojotas de Acuña coincidió con las huellas halladas en la escena del crimen. También el cuchillo encontrado entre las malezas quemadas y un rastrillo con el mango roto sumaron evidencias de laboratorio en su contra.
El testimonio de la mujer de 36 años despejó también las dudas y líneas de análisis de los investigadores y fue liberada tres días después del hallazgo del cadáver de Maidana.
La autora del crimen habría llegado a pie desde su casa en San Isidro a la quinta El Lucero. Ingresó a la misma por un portón pequeño y alternativo al eléctrico de acceso de automóviles y confirmó su presunción: su pareja la engañaba con su hija.
Acuerdo y abreviado
Si quedaban dudas o detalles por resolver de la instrucción de la causa, todas habrían perdido sustento con el reconocimiento de culpa de Felipa Acuña hace pocos días tras firmar una propuesta de juicio abreviado ofrecida por el fiscal del Tribunal Penal 1, Martín Alejandro Rau, de once años de prisión de cumplimiento efectivo por “homicidio simple”.
Las audiencias de visu de la encartada con el representante de la acusación se realizaron mediante videollamada ante la exigencia del protocolo para frenar la pandemia COVID-19.
En situación similar, los cincos hijos de Víctor Maidana, dos de ellos conectados desde Entre Ríos, reconocidos en el expediente como querellantes, aceptaron la propuesta del fiscal Rau y rubricaron la pena.