En lo personal creo firmemente que el amor nos pide que lo manifestemos, siempre desde el respeto, siendo empáticos, siendo más humanos.
Desde esta terapia que trabaja con la luz, que es la que posibilita este universo de colores, conectémonos con lo que sentimos y estamos vibrando, pero atención, si es miedo, ¡no! Si es preocupación o tristeza, ¡tampoco! Porque vamos a seguir atrayendo más de eso en nuestra vida.
Piensen en un color, el primero que se les venga a la cabeza ¿listo? Ahora cierren los ojos y desde la calma y la respiración vayan incorporándolo a sus pulmones, imaginen que ese color está en el aire, así que respírenlo y que los envuelva, siéntanlo, que forme parte de ustedes y quédense ahí un ratito.
El color que se les vino a la cabeza, es el que necesitan en este momento, así que háganle caso a su ser, háganlo parte de su respiración. ¿Cómo saber si es el color correcto? o ¿si les está haciendo bien?, la paz y el alivio son sus marcadores.
Después de este simple ejercicio, que lo podés hacer en el lugar que te encuentres, te recuerdo dos palabras: SILENCIO Y RESPIRACIÓN. Date cinco minutos, para volver a tu centro sabiendo que nada está bajo control, que todo lo que tenga que ser será, disfruta de lo bueno, aprende de lo malo, sólo disfrutar de este maravilloso viaje que es la vida, que no es nada más que la suma de experiencias para llegar a ser nuestra mejor versión.
Alguna vez pensaste ¿cómo serías siendo tu mejor versión? Siendo vos al ciento por ciento, sin miedos ni culpas, te propongo que lo hagas, es una forma de trabajar con la ley de atracción. Cito palabras de una gran profesora de yoga Eda León y sus cuatro palabras para fluir con la vida: “Acepto, confío, entrego y agradezco”.