El párroco de Jesús Misericordioso, Gervasio Silva, dijo que el aumento de precios de los alimentos que se registró en las últimas semanas, también hacen tambalear la economía de los merenderos y comedores que administran en la zona de Itaembé Miní, en los barrios más humildes.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, Silva señaló que “el aumento de precios hace que no podamos satisfacer la demanda que estamos teniendo en los merenderos”.
Recordó que también cuentan con merenderos que se transforman en comedores, entre dos y tres veces por semana, y que ahora se están encontrando con un panorama más complejo.
“Doña Nelly, a cargo de un comedor nuestro, nos comentó que se cocina habitualmente para 60 personas pero ahora ese número se incrementó y ya son unos 80 los que asisten a buscar su ración, por lo que tienen que hacer malabares para poder compartir. Cada uno lleva un poquito menos pero comparten”, apuntó el sacerdote.
Hay un montón de factores que influyen para que se produzca este crecimiento de personas que asisten al merendero y remarcó Silva que “cuando comenzó la pandemia era mucha la gente que venía a la parroquia a buscar mercadería, pero después eso disminuyó bastante, casi no venía nadie, pero en las dos últimas semanas volvió a crecer notoriamente”.
Opinó que ello “quizás se debió al aumento de precios, a la falta de trabajo o a lo poco que ganan en ellos porque no toda la gente que viene al merendero no tiene trabajo, hay quienes sí trabajan pero les resulta un alivio llevar la comida del merendero, más cuando son cinco en una casa, es una inversión diaria que no siempre pueden cubrirla”.
“Asistimos a los niños”
También el sacerdote destacó que “siempre decimos que nos alegra la posibilidad de ayudar pero a la vez nos entristece porque quiere decir que hay gente que no puede comprar. La realidad no es blanca o negra, tiene sus matices, hay de todo como cuando dicen que hay gente que no quiere trabajar, eso es cierto porque algunos quieren todo lo fácil, sin sacrificios, pero tampoco es justo poner a todos en la misma bolsa”.
El párroco manifestó que “apuntamos más a asistir a los niños, quienes no tienen la culpa que los adultos no quieran todos trabajar”.
Por otro lado, Silva se refirió a la solidaridad de las personas y afirmó que son “muchísimas, que van trayendo cuando hacemos público a través del Facebook u otra red social, que estamos juntando para tal o cual fin social. Nos acercan mercaderías, la respuesta es casi inmediata. En tiempo de necesidad aflora la solidaridad de la gente para con los que menos tienen”.
Consultado si se observa un aumento en la indigencia, el padre Silva no dudó en afirmarlo. “Es así, sobre todo en algunos barrios. En mi parroquia tenemos muchos barrios muy humildes como los Oleritos, Sol de Misiones, Belén, parte del barrio Esperanza, donde la gente vive en situaciones muy difíciles y muchos salen a buscar algo para comer incluso de los basureros. Esa es una realidad muy triste pero es lo que hoy ocurre”.
“No es culpa de la pandemia”
En otro tramo de la entrevista, el padre Gervasio opinó que la compleja realidad que se vive, con cada vez más gente en los merenderos y comedores, el aumento de los precios, “no creo que sea culpa de la pandemia. Si uno ve los números de otros países, la inflación que tenemos no es de nivel mundial, sino exclusiva de aquí, entiendo por decisiones que son de tipo políticas”.
Agregó que “la cuarentena real fue en los primeros meses, porque sobre todo acá en Misiones se empezaron a habilitar las actividades pronto. Sólo algunos rubros, como artistas y músicos todavía no pueden trabajar, pero la mayoría sí”.