Pocos días faltan para que se cumplan cinco meses del homicidio de César Daniel Tizato (15) y las últimas novedades en la causa pueden empeorar la situación del único sospechoso y detenido, un vecino del joven con quien salió a pescar en San José.
El caso es llevado por el Juzgado de Instrucción 4 de Apóstoles, a cargo de Miguel Ángel Faría.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que los resultados de las pruebas ordenadas por dicho magistrado confirman que el cuerpo hallado el 2 de octubre del 2020, en un sector comprendido por las estancias “La Rosita” y “Las Vertientes”, a 1.800 metros de la ruta 105, en jurisdicción de Fachinal, en una pequeña laguna natural entre la vegetación formada en ambas márgenes del arroyo Pindapoy, presenta signos compatibles con un abuso sexual.
Es por ello que Faría ordenó que se tomen muestras de ADN al único detenido que tiene la causa, un hombre de 44 años, para comprobar si fue el abusador y como se sospecha, quien lo asesinó.
Como las muestras de ADN tomadas al cuerpo no pudieron determinar con exactitud que sea el joven César Daniel Tizato, ayer el cadáver fue exhumado para nuevas pericias, entre ellas el cotejo con el ADN del sospechoso.
La propia familia del joven, durante el reconocimiento del cuerpo, aseguró que se trataba de César Daniel, quien estuvo 33 días desaparecido. Las ropas coinciden y los elementos hallados en el transcurso de su aparición también. Por eso, días después del hallazgo, su madre enterró ese cadáver con la certeza que se trataba de su hijo.
El mismo día del hallazgo, la Justicia dispuso la detención del profesor de artes marciales y cazador, vecino del chico y quien fue la última persona en verlo con vida tras llevarlo a una jornada de pesca en los campos de la estancia La Rosita el domingo 31 de agosto de 2020.
Ni bien se supo de la desaparición del muchacho, el hombre explicó a su familia que volvió solo de aquella excursión, argumentando que había dejado al chico con dos desconocidos, a quienes nunca se pudo identificar.
Días después de la aparición del cuerpo, este Diario publicó la confirmación de que el joven sufrió una muerte violenta a raíz de un traumatismo de tórax con una herida de entrada punzo cortante, que podría corresponder a un elemento contundente largo y con punta.
Entre las probabilidades que se barajan en torno a la investigación, evalúan que corresponda a un destornillador, una chaira para afilar cuchillos, o arma blanca tipo puñal largo.
El cadáver no presentaba orificio en la espalda y las placas radiográficas no registraron proyectil o “plomo” de arma de fuego, ningún tipo de munición por lo que se descartaría que César fuera asesinado de un balazo en el pecho. Esto a raíz de una versión que indica que el único detenido habría reconocido en sede policial que se “le había escapado un tiro”.