Finalizó ayer miércoles y sin resultados el rastrillaje en la laguna desagotada donde hallaron el cuerpo del menor César Daniel Tizato (15). Los peritos buscaron algún elemento punzo cortante o algún otro elemento probatorio que pudiera orientar respecto al crimen. Las tareas estuvieron a cargo de la División Policía Científica de la Unidad Regional VII, con asiento en Apóstoles.
Los efectivos contaron con la colaboración de personal civil que utilizó dispositivos de detección de metales. Cabe recordar que el rastrillaje comenzó una semana después del hallazgo del presunto cadáver de Tizato (aún resta confirmar su identidad con el ADN), en una laguna del predio de La Rosita en San José.
Las labores encomendadas tras el desagote del espejo de agua fueron ordenadas por el Juzgado de Instrucción 4 de Apóstoles, a cargo del magistrado Miguel Ángel Faria.
La acción estuvo monitoreada por personal policial, quienes supervisaron el uso de bombas extractoras y mangueras para drenar la laguna donde después de 33 días de búsqueda del adolescente lo encontraron a flote, luego que las piedras que el asesino le había puesto en la campera no aguantaran la presión ascendente del cadáver en descomposición.
Tras el hallazgo, a varios metros de la orilla se encontró una mochila, que fue reconocida por la madre como la que tenía su hijo cuando salió en compañía de un vecino para ir de caza y pesca. Posteriormente hallaron una alpargata en buen estado de conservación, la cual según lo manifestado oportunamente por la progenitora, llevaba puesto el día de su desaparición. Por estos indicios se cree casi con certeza que sería la víctima.
El único detenido en la causa es un hombre de 44 años, quien de acuerdo a los datos que manejan los investigadores fue con quien salió el menor aquella mañana del domingo 30 de agosto. Ese mismo día por la tarde el ahora imputado regresó sin la compañía de Tizato y le avisó a la madre que cuando volvían se habían encontrado con otros dos jovencitos, con los cuales César Daniel supuestamente había decidido retomar la pesca.
No obstante fue demorado unas horas y luego liberado. La policía nunca descartó las sospechas contra él, sobre todo porque no pudo identificar quiénes eran los que se habían ido con el menor. Luego del hallazgo del cuerpo el magistrado Faria ordenó una nueva detención. En la indagatoria sostuvo que tenía una molestia estomacal y prefirió no hablar ante el juez, quien lo imputó por “homicidio agravado por alevosía”.
La autopsia reveló que Tizato tenía traumatismo de tórax con una herida de entrada punzo cortante, que podría corresponder a un elemento contundente largo y con punta. En los allanamientos que se realizaron en la casa del detenido habían secuestrado destornilladores y otros elementos. Los mismos iban a ser peritados para saber si alguno fue utilizado para el crimen.
Contrariamente, el hombre habría confesado a los policías que se le había escapado un tiro que dio en el chico. Al verlo muerto no supo que hacer y decidió ocultarlo. Esta versión sólo sería válida en sede judicial. Por el momento sigue imputado y se le denegó un pedido de excarcelación.
Por otro lado, ayer declaró la madre de la víctima y el padrastro ante el mencionado juez. Trascendió que no aportaron mayores datos de los que ya figuran en el expediente.