Desde la madrugada del miércoles en la terapia intensiva del Hospital Pediátrico Fernando Barreyro los médicos luchan para que la niña de 4 años apuñalada, por el concubino de su madre en su precaria vivienda del asentamiento La Colina de Garupá, se recupere y puedan continuar con las curaciones que necesita pero también para poder realizarle estudios puntuales ante la sospecha firme de abusos sexuales previos.
La madre de la víctima continuaba ayer en evolución. Tiene 20 años y también sufrió el ataque de arma blanca del sospechoso detenido de 24, quien según la denunciante habría actuado drogado y alcoholizado durante la madrugada del miércoles en el inmueble mencionado.
La menor en tanto seguía ayer en grave estado por la herida de cuchillo que sufrió a la altura del esternón que le daño múltiples órganos.
En cuanto al atacante, se evalúa que hoy sea llevado a indagatoria ante el juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor, bajo las provisoria imputación de “femicidio y femicidio vinculado, ambos en grado de tentativa”.
De confirmarse la sospecha de abuso sexual, la situación judicial del detenido se agravaría aún más ya que se ampliarían los análisis y pesquisas y si estos confirman su participación se le acabarían las posibilidades de libertad o excarcelación supeditada.
El sospechoso fue atrapado por efectivos de Investigaciones de la Unidad Regional X, quienes durante veinte horas no descansaron un minuto hasta atraparlo en el paraje Santa Inés donde se había escondido.
Tal como lo adelantó este Diario, la violencia se inició a la 1 del miércoles 20 en la vivienda de retazos de madera del barrio La Colina.
El momento de mayor temor fue cuando el agresor conocido como “Ñeri” buscó un cuchillo y comenzó a lanzar estocadas a su pareja. Pero una de ellas se la asestó a la niña en el esternón y otra tres en el pecho y región precordial a su pareja.
El atacante huyó cuando los gritos desgarradores de las víctimas alertaron a los vecinos del asentamiento.
De inmediato las heridas fueron derivadas al hospital de Fátima, pero las lesiones requerían de estudios y cuidados mayores, por lo que la menor fue al pediátrico y su madre al sector emergencias del Madariaga.
Sobre el arma secuestrada, un cuchillo con manchas de sangre hallado en la vivienda del crimen, se esperan los informes de la Policía Científica.
Vale aclarar que se recogieron testimonios que ubican al joven en el lugar del ataque y también cuando escapó corriendo sin asistir a ninguna de las víctimas.