Argentina tuvo en 2020 uno de los peores años de su historia, sea cual fuere el sentido desde el que se lo analice.
La crisis sanitaria encontró al país y al mundo muy desprevenidos, pero a Argentina corta de resistencias y casi de rodillas por una recesión que ya venía de antes y sólo se profundizaba. El encierro al que fuimos conducidos para frenar la curva de contagios funcionó al principio, pero con el correr del tiempo y con la gradual reapertura la situación sanitaria actual dista mucho de lo que deseamos.
Así y todo la inflación en 2020 fue exponencial comparada con cualquier país normal. Para un Estado que cerró sus puertas durante meses, haber medido 36,1% implica demasiada inercia anterior y mucho error posterior… Claramente hubo de los dos.