Con “un hilo de agua”, así se encuentra el arroyo Capioví, un embalse ubicado a 500 metros del Salto homónimo y que representa el punto donde se abastece la planta de tratamiento de la Cooperativa de Agua Potable de este municipio. Es decir, “ese embalse es el que provee agua a todo el municipio: urbano y suburbano”, preciso el Intendente del Municipio de Capioví, Alejandro Arnhold.
A estas horas, según Arnhold, “todavía nos estábamos arreglando”. Sin embargo la situación es alarmante porque “el embalse cada vez se reduce más”.
Por tal motivo, el mandatario local adelantó a PRIMERA EDICIÓN que “si esto continúa así, el martes vamos a declarar la emergencia hídrica”.
Prohibiciones
Por su parte, ayer a primera hora la Cooperativa de Agua Potable Capioví emitió un comunicado donde establecieron prohibiciones respecto a los usos del agua potable, estos se reducen estrictamente al uso para higiene personal y alimentación.
Y aclararon: “Una vez declarada la emergencia hídrica, quienes infrinjan estas medidas recibirán sanciones que serán de diferente tipo y magnitud”.
Los productores
Es enorme la preocupación en todo el municipio, entre ellos los productores, quienes ayer en las redes sociales expresaron su angustia: “La falta de lluvias está afectando gravemente nuestras chacras”.
El intendente dijo que “a través el Ministerio del Agro estamos analizando cómo ayudarlos, pero necesitamos que limiten al mínimo posible el uso del agua para que no genere efectos en el embalse”.
Ante la posibilidad de que la sequía se extienda, manifestó que “en el municipio tenemos pozos perforados disponibles, intentaremos recuperarlos, pero son paliativos, no alcanzará para toda la comunidad”. Otra de las alternativas es “la interconexión con el municipio de Ruiz de Montoya, pero sabemos que también tienen sus necesidades”.
Sin duda, la mejor opción es que la lluvia apague la sequía que azota a gran parte de la provincia. “Pero lo más triste es que no hay pronóstico de lluvia. El arroyo tiene un movimiento importante más que nada cuando llueve, crece mucho. Pero así también se reduce considerablemente el caudal de agua en épocas que no llueve”, detalló el Intendente.
Pensar a futuro
El arroyo Capioví nace en el municipio de Garuhapé, donde existen pequeños afluentes. Pero con la sequía “prácticamente no corre agua, algunos proveen muy poco”, describió Arnhold.
Entonces, “se habla de traer agua desde el río Paraná, pero estamos bastante lejos de eso todavía. Es decir, es una obra costosa, enorme y difícil de afrontar. Pero no deja de ser una alternativa a futuro”, aventuró.