En los primeros días de la desaparición de su hijo y cada vez que hablaba con los medios, Mariza Esther Da Rosa (39), se había mostrado siempre confiada que su hijo iba volver. Pero las semanas pasaron y ella comenzó a dudar. Llegó a pensar que lo había llevado alguien en un auto y descartaba que se hubiera subido al tren que pasa por San José hacia Garupá. Sin embargo, este viernes a la mañana la policía llegó a su casa del barrio Pindapoy y le avisaron que habían encontrado un cuerpo. Las ropas que tenía eran similares a las que el adolescente vestía cuando salió de su casa.
Primero ella no se animó a ir al lugar señalado, por lo cual su concubino, el padrastro del chico llegó a la zona ubicada a casi dos kilómetros en línea recta al oeste desde la ruta provincial 105. El hombre aguardó y observó pacientemente el movimiento de policías y periodistas que habían comenzado a llegar al lugar. Alrededor de las 11, se subió a un automóvil cuyo chofer lo acercó hasta el barrio para traer a la mamá de César Daniel.
El arribo de la señora coincidió con la llegada del móvil forense del cuerpo de Bomberos. Ante la requisitoria de los medios Mariza prácticamente no pudo terminar ninguna frase porque las lágrimas se lo impedían. En un momento alcanzó a decir: “Me avisaron que podía ser él porque la ropa que llevaba puesta parecer ser igual a la que encontraron”. “Yo tenía esperanzas que estuviera con vida”. Recordó que el chico solía salir a pescar pero no muy lejos, por eso sostuvo “a mi hijo lo trajeron y tiraron acá”, a seis kilómetros de su casa. No creía que él hubiera llegado hasta ese lugar y le hubiera sucedido un accidente.
Luego de una tensa espera, desde el fondo de la cerrada vegetación donde trabajaban forenses y el juez de instrucción de Apóstoles, se acercó un policía a solicitar un gancho. De regreso lo acompañó otro uniformado con machete en mano, quien comenzó a ensanchar el camino para que pasara la camilla con el cuerpo.
Minutos después, desde el fondo del trillo comenzaron a verse las siluetas blancas del traje de los forenses acercándose. Mariza, su concubino y sus otros hijos se acercaron a la morguera para observar cuando cargaban el cuerpo, el cual fue llevado hacia Posadas para las pericias de rigor.
Un policía le pidió que se acercaran y dialogó con la familia. Tras explicarle los pasos legales que seguían al hallazgo del cuerpo, Mariza fue trasladada hacia su vivienda de Pindapoy.
Se aguardará la autopsia
Apenas fue informado del hallazgo de un cuerpo en la zona en la que buscaban a César Daniel Tizato, el titular del Juzgado de Instrucción 4 de Apóstoles, el doctor Miguel Ángel Faría se trasladó al lugar a presidir las actuaciones. Posteriormente en diálogo con PRIMERA EDICIÓN destacó la labor policial, que “no obstante el tiempo de la desaparición de Tizato (33 días) continuaron sin cesar con la búsqueda”.
Por otra parte no quiso emitir opinión acerca de las hipótesis que se barajaban respecto a la aparición del cadáver en ese lugar, por lo cual afirmó: “La autopsia va confirmar hipótesis que hasta ahora son sólo interrogantes”.
El hallazgo de un cuerpo
Equipos especiales de distintas unidades regionales, buzos de Prefectura, perros entrenados, helicópteros, vecinos y conocedores de campos de la zona, durante 33 días consecutivos buscaron a César Daniel Tizato (15).
Este viernes y en el tercer rastrillaje en un sector comprendido por las estancias “La Rosita” y “Las Vertientes” a 1.800 metros de la ruta 105, jurisdicción de Fachinal, fue hallado un cuerpo sin vida flotando en una pequeña laguna natural entre la vegetación formada en ambas márgenes del arroyo Pindapoy.
Las evidencias que ponen en duda que el cadáver hallado sea el de César Tizato, son muy pocas o frágiles. La ropa que tenía puesta fue comparada con los datos de los investigadores de la Unidad Regional VII y de la Dirección Homicidios y el resultado coincidía. El tamaño del cuerpo, entre otras descripciones físicas también.
¿Cuándo se identificará y se despejarán las sospechas por completo?
Por la cautela que mostró el juez de Instrucción 4 de Apóstoles, Miguel Ángel Faría, esto ocurriría hoy cuando finalice la autopsias y los familiares de Tizato puedan ver el cuerpo que ayer fue enviado a la Morgue Judicial, que funciona temporariamente en el Hospital Ramón Madariaga.
Faría remarcó que no se guiará por presunciones y que esperará la confirmación filiatoria.
No obstante dio un paso firme y sonante. Ordenó la inmediata detención de la última persona que estuvo con César el domingo 30 de agosto pasado. Un vecino del adolescente desaparecido en el barrio Pindapoy cuya coartada endeble le permitió seguir en libertad hasta las 15.20 de ayer cuando los efectivos de la Dirección Homicidios lo aprehendieron y llevaron esposado a una celda de comisaría de Apóstoles bajo la imputación provisoria de “homicidio”.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN confiaron que dentro de la seccional de la UR-VII el hombre de 44 años perdió la calma y “quebrado emocionalmente” dio su versión supuesta e incriminatoria: “Fuimos a cazar y se me escapó un tiro y murió, no sabía qué hacer y tiré el cuerpo a la laguna”.
Fueron las pocas palabras que le habrían escuchado y permitido soltar en sede policial y de manera informal, ya que la orden de Faría era detenerlo e incomunicarlo, hasta que se confirme la identidad del cadáver hallado y se presenten los sumarios correspondientes ante su juzgado para citarlo a indagatoria, que notifique un abogado defensor y sea informado de la primera acusación.
El hallazgo del cuerpo se concretó a las 9.20, cuando una patrulla de la división Infantería de la Unidad Regional VI de Leandro N. Alem, recorría el arroyo Pindapoy en el campo La Rosita. Pero no sólo los márgenes, también la vegetación próxima.
En uno de estos estanques naturales, similares a un tajamar, los policías vieron semisumergido un cuerpo decúbito ventral, boca abajo, en avanzado estado de descomposición no solo a la vista, el olor era fuerte y determinante. Minutos después fue avisado el juez Faría, que a esa hora cumplía con la subrogancia como uno de los vocales del Tribunal Penal 2 en Posadas, en pleno debate oral por el crimen de Pablo Fraire.
Coincidencia del destino, la cuarta jornada del juicio había finalizado antes de las 10 y el magistrado se dirigió a la zona del descubrimiento y encabezó el procedimiento junto a los peritos del Cuerpo Médico Forense, médico legista de la Policía, integrantes de la Policía Científica de la Unidad Regional VII, Bomberos Zona Sur Posadas, autoridades de la URVII, subjefe de la Policía, Carlos Merlos y la Dirección Homicidios.
Dentro de la zonza de alta vegetación trabajaron durante cuatro horas, para tomar las muestras y peritar la zona por completo, relevar fotográficamente todo y recoger evidencias para laboratorio.
Durante esta labor y ante el panorama dramático, ningún familiar ni persona que no corresponda a la Justicia o la tarea de la policía fue permitido acercarse.
A las 14, el cuerpo fue retirado y trasladado en la morguera al predio del Parque de la Salud del Hospital Ramón Madariaga.
Fueron las pocas imágenes que Mariza Esther Da Rosa, madre de César Daniel pudo retener del operativo de seguridad.
Funcionarios judiciales y policiales le comunicaron los pasos que debía esperar, primero la identificación y luego la autopsia para determinar la data, causa y lugar de muerte, para al fin poder velar los restos de César y aguardar que la Justicia avance en la investigación.
César Daniel Tizato tenía 15 años el domingo 30 de agosto pasado. Según la pesquisa habría ido a cazar por la zona y a pescar en lagunas artificiales de cría de peces.
Salió acompañado por su vecino, ahora detenido, pero no regresó. El sospechoso habría dado su coartada a la policía a medios de comunicación: “Fuimos a cazar carpinchos, pero el se encontró con otros dos jóvenes”: Hasta hoy no pudieron ser identificados estos presuntos amigos y mucho menos encontrados.