Todo sucedió este martes en la segunda y demorada entrega de viviendas en el Desarrollo Urbanístico del PROCREAR en el barrio Itaembé Guazú de Posadas. Allí, un militante del Frente de Todos de Posadas y colaborador directo de la diputada nacional Cristina Britez, que no quiso identificarse, evitó a los empujones que un periodista de PRIMERA EDICIÓN pueda entrevistar a la legisladora de Eldorado.
Mientras se esperaba la llegada de las cinco familias beneficiarias que recibirían las llaves del día, un equipo de este Diario entrevistó tanto con funcionarios de ANSeS como también a representantes del Banco Hipotecario.
Al momento de solicitar a la diputada una nota, la misma preguntó el medio. El periodista se identificó como parte de PRIMERA EDICIÓN y la legisladora kirchnerista le solicitó saber los temas de los cuales quería hablar a lo cual se le explicó que era por la entrega de las viviendas.
La diputada dijo que no y dio la espalda al trabajador de prensa quien planteó también hablar de los reclamos de sectores de la salud y educación. Paralelamente a la respuesta negativa llegó el colaborador vestido de negro y azul con barbijo negro, lo empujó con la mano al pecho y de la campera por la espalda. Le dijo “no, ahora no” y se retiró.
Lejos de enmendar la lamentable situación de agresión a un trabajador -que lo único que intentó es hacer su trabajo-, la legisladora siguió caminando como si nada hubiera ocurrido.
Agresiones de este tipo a quienes trabajan no deberían ser parte de ningún acto de Gobierno, de ninguna institución democrática a la que una legisladora y las personas que selecciona para trabajar dicen representar.
Que la legisladora opte por no hablar con PRIMERA EDICIÓN no es novedad. Que apele a que su equipo de trabajo agreda a los periodistas del medio es repudiable.