Un dolor indescriptible. Y una pérdida irreparable. El deporte misionero se cubrió de luto apenas despertó ayer. En un siniestro vial (ver página 31), perdió la vida Renzo Brizuela (22), multicampeón nacional e hijo del legendario Pedro Brizuela, a cargo de la Asociación Unificada de Karate de Misiones, la rama olímpica de la disciplina.
Durante su carrera deportiva, Renzo siguió el legado familiar y se convirtió varias veces en campeón nacional, pero también fue subcampeón sudamericano y conformó la Selección Argentina de karate desde los 14 hasta los 16 años. “Se iba a trabajar y pasó esto. Estamos destruidos, no esperábamos algo así. Todo esto es mucho dolor, no tenemos palabras”, dijo entre lágrimas Iván, uno de sus hermanos, a EL DEPORTIVO.
Cerca del mediodía de ayer, al enterarse de la noticia, un nutrido grupo de deportistas se autoconvocó en la guardia de emergencias del Hospital Escuela de Agudos Ramón Madariaga. Esa fue una de las tantas muestras del afecto que Renzo supo cosechar a lo largo de tantos años en el deporte.
“Estamos todos consternados. A Renzo lo conocíamos de chiquito. Tenía una trayectoria tremenda. Esto sin dudas es una tragedia enorme para el deporte de combate, nos pegó muy duro”, dijo a este Diario uno de los amigos de la familia, Adrián Báez, al frente de la Asociación Misionera de Lucha.
Báez, conmovido por la situación, subrayó el papel que Renzo llevaba adelante en los últimos tiempos. “Era parte del grupo de chicos que estaba formando atletas en los barrios, apuntalando a los más chiquitos. Él y su familia desde hace varios años vienen llevando la bandera misionera por todo el continente. Es un momento horrible”, sintetizó el entrenador, quien recordó que “me ponía la piel de gallina verlo hacer karate”.
El dolor y las ganas de abrazar a la familia Brizuela también convocaron a Hugo Márquez, al frente de la Asociación Nueva Imagen de taekwondo. “A Renzo lo conocíamos de chico. Era parte de una familia muy unida. Esto es un golpe para todos los deportes de combate de la provincia y para el deporte en general”, coincidió Márquez con
Báez y el resto de los presentes. “Nos va a costar volver a empezar después de esto. Ese es nuestro trabajo ahora, estar junto a los Brizuela y apoyarlos”, cerró el también instructor.
Conmovido hasta las lágrimas, casi sin poder hablar, también se mostró Javier Galeano, entrenador de judo e integrante de la Federación Misionera. “Renzo era un campeón de la vida. Y no sólo hacía karate. También fue medalla de plata en los Juegos Evita 2012 y medalla de bronce a nivel nacional en judo. Se cansó de salir campeón provincial. Era un deportista fantástico y muy querido por nosotros”, contó Javi, en relación a las largas horas de compañerismo que vivió junto a su familia, identificada con el judo, Renzo y los hermanos, Iván, Brian y Jony.
“No hay palabras para explicar lo que uno siente. Renzo era un excelente deportista, una excelente persona, siempre estaba contento. Esto nos duele a todos”, cerró Galeano, sin poder contener el dolor, el mismo que golpeó y golpeaba hasta anoche a los deportistas misioneros.