Luego de ser velada en un salón de la avenida López Torres, Cristina (38), fue sepultada en la mañana de este viernes en el cementerio La Piedad.
Había sido hallada sin vida a las 14.45 del miércoles, en el interior de su domicilio, un inquilinato de la calle Félix Aguirre 1.965, en el barrio Palomar de Posadas, donde residía desde hace ocho meses, cuando recuperó su libertad tras ser absuelta por la Corte Suprema de Justicia.
En cuanto a la investigación, a cargo del juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor, se indicó hasta el momento que, el cuerpo de Cristina ya fue analizado en autopsia, pero ahora se espera que cuando su familia, amigos y su círculo íntimo concreten el duelo y cada uno esté en condiciones anímicas para hablar, el paso siguiente sea la autopsia psicológica.
Esta pericia tiene como fin reconstruir cómo se encontraba emocionalmente la víctima antes de su muerte. Esto permitirá al magistrado poder determinar si Cristina Vázquez atravesaba o no, un cuadro que podría haberla llevado a tomar esa decisión.
Su muerte se conoció luego que su hermana se dirigiera a lugar donde residía porque no contestaba mensajes ni atendía llamadas desde su teléfono.
Al llegar, golpeó y tampoco la atendió. Nadie la había visto en el último día. Por precaución hubo un llamado a la Policía y con la correspondiente autorización judicial ingresaron al lugar y la hallaron ahorcada.
El párroco Alberto Barros, en quien Cristina se habría apoyado durante sus días de encierro y luego de recuperar la libertad, se acercó al lugar y también confirmó el dramático hallazgo.
Las críticas al Poder Judicial de Misiones no tardaron en aparecer, dado que ella había estado detenida 11 años por una causa en la que no había pruebas para la condena de 25 años que le habían impuesto
El crimen por el cual fue acusada Cristina Vázquez fue perpetrado el 27 de julio de 2001, cuando Ersélide Dávalos de Insaurralde (79), jubilada del Poder Judicial de Misiones, fue asesinada a golpes en la cabeza, se presume con un martillo, en su vivienda del barrio Palomar de esta capital. Una empleada la encontró muerta al día siguiente en el lavadero y se determinó que de la vivienda robaron dinero y joyas.
En 2002 fueron detenidos por primera vez Vázquez (entonces de 19 años), que vivía en la misma cuadra que la víctima, y otros vecinos, Omar Jara (entonces de 20 años) y su pareja, Cecilia Rojas, de la misma edad. Sólo se tomó en cuenta que la tarde anterior al hecho Cristina pasó por la puerta de la casa de la víctima con una amiga y testimonios contradictorios. Pese a que les dictaron una falta de mérito y los liberaron, fueron detenidos nuevamente y condenados en 2010 a prisión perpetua por “homicidio calificado criminis causa”.
El fallo fue confirmado por el Superior Tribunal de Justicia de Misiones, pero fue apelado a la Corte Suprema, que en 2016 ordenó revisarlo integralmente, lo cual no se hizo y por eso volvió al máximo tribunal.
No obstante, recién el jueves 26 de diciembre del año pasado la Corte la absolvió, no sin antes lanzar una advertencia al fuero local acerca de la forma irregular en la que procedieron para condenarla y también a Cecilia Rojas.
La Corte consideró “que la causa resultó un ejemplo de un proceso indebido en el que se negó la vigencia del principio de inocencia y la aplicabilidad al caso del in dubio pro reo (en caso de duda, se debe resolver a favor del acusado) y que ello se debía a la revisión parcial y sesgada del fallo”.