Vecinos de más zonas concesionadas al Grupo Z para el transporte urbano e interurbano de pasajeros se sumaron a los reclamos de los barrios del sur posadeño, solicitando que los saquen del “aislamiento” que les provoca la escasez de unidades en funcionamiento.
Esta situación es cuestionada, principalmente, por quienes dependen de los colectivos especialmente para ir a trabajar como por los que necesitan realizar diversos trámites o las compras para el hogar.
Mientras los Gobiernos provincial y municipal “flexibilizaron” muchas más actividades (cerca del 80% de la parte privada), las unidades de transporte se quedaron en la etapa del aislamiento obligatorio con las pocas frecuencias que afectan a los usuarios. Además, por las medidas preventivas aplicadas en la pandemia, no pueden trasladar pasajeros parados. Esto hace que muchos choferes sigan de largo en las paradas cuando calculan haber llegado a la capacidad máxima pero el siguiente servicio no llega en menos de una hora, según los testimonios dados a PRIMERA EDICIÓN.
“Da mucha bronca”
La periodista Liliana Mantulak, vecina de Garupá, criticó al Grupo Z “por no poner más frecuencias para cubrir el trayecto Garupá – Posadas. Las esperas son muy largas y arriesgadas, porque la gente corre desesperada de una a otra parada por la ansiedad de encontrar alguna unidad con asiento disponible”. “A la empresa, los usuarios le pedimos más frecuencias en los horarios pico porque circular en el urbano es un suplicio, como fue siempre sólo que ahora ya no nos llevan como ganado, nos hacen esperar largas e interminables horas”, apuntó.
“Tienen que poner más líneas, los colectivos se llenan muy rápido y luego pasan 4 o 5 de largo a los que no podemos subir. A veces voy a la parada a las 6 de la mañana y puedo subir a uno, que tenga asiento disponible, recién a las 7.40”, ejemplificó Mantulak. La periodista sostuvo que “siempre las frecuencias son un drama para nosotros, pero ahora se complicó más. Da mucha bronca”.
Sin horario posible
En tanto que Ana Levetñuk contó a este Diario su poco grata experiencia: “Estuvimos casi una hora esperando, todos los colectivos pasan de largo, ninguno para. Cada vez se junta más gente en la parada. Tuve a mi papá internado y no sabía a qué hora iba a llegar al hospital”.
Una peluquera del barrio Mini City dijo a su vez que “en general siempre tenemos problemas con la empresa porque los colectivos nos pasan de largo y nos lleva mucho tiempo de espera hasta que venga uno que se detenga en la parada. Antes de la cuarentena nos pasaba esto en los horarios pico, cuando los chicos van a la escuela y la gente a trabajar, los colectivos ya venían muy cargados desde los otros barrios, hasta con muchas personas apretadas contra la puerta. Horrible viajar así”.
“Ahora que no hay clases y poca actividad por la cuarentena, seguimos teniendo el mismo problema. Los colectivos nos pasan de largo porque ya tienen todos los asientos ocupados. Se nota que no ponen más unidades. Nunca se preocupan por las necesidades del pasajero. Incluso, los sábados y domingos es peor porque cada una hora aparece algún colectivo, pero si ese no se detiene hay que esperar una hora más para tener la suerte de subir y poder viajar”, agregó.
Daniel, comerciante del barrio Itaembé Miní, comentó: “Cuesta muchísimo trasladarse en colectivos. No se entiende la actitud de la empresa, sabiendo que la gente tiene este problema parece que cada vez largan menos colectivos a las calles. Además, ninguna línea cumple horario, aparecen a la hora que quieren, y la aplicación que tanto promocionaron ni funciona. Todo es un desastre”.
Vilma Acuña de Villa Cabello opinó: “Es muy duro depender de los colectivos, porque terminas tu horario de trabajo y, últimamente, se tarda casi dos horas para volver a la casa. Y es principalmente porque hay pocos colectivos circulando y nos obligan a esperar mucho tiempo hasta que para un colectivo que tenga algún asiento vacío”. “Además, tampoco informan horarios, entonces es venir a la parada a ciegas, sin saber qué va a pasar, solamente hay que tragarse el mal humor y esperar, así de injusto todos los días, a veces nos peleamos con los choferes porque lastimosamente son la cara visible de esto, pero eso tampoco ayuda para nada. Los empresarios siguen haciendo lo que quieren”, completó.