El sargento de la policía de Misiones, detenido junto a un supuesto cómplice el pasado 27 de mayo, recibió la excarcelación en una causa originada a partir del 12 de marzo en la que denunciaron un asalto con participación de al menos cuatro hombres quienes portando armas de fuego sometieron a una familia en Itaembé Miní para llevarse dinero y celulares.
El juez de Instrucción 6, Ricardo Balor, le notificó durante los últimos días al suboficial de 31 años dicho beneficio mientras continúa el proceso.
Igualmente el sargento continúa tras las rejas ya que tiene causas pendientes en los juzgados de Instrucción 1 y 3, a cargo de Marcelo Cardozo y Fernando Verón, respectivamente.
La excarcelación fue fundada en que días atrás las víctimas del asalto no pudieron encontrar en la escena al suboficial y a su cómplice, en una rueda de reconocimientos.
En el asalto, los damnificados denunciaron que cuatro hombres llegaron en un auto blanco y se presentaron como policías de investigaciones. Los metieron a todos dentro de la vivienda ubicada sobre la avenida 147 al grito de “dónde está la plata, que nadie mire para arriba o le metemos un tiro”.
El único elemento hasta ahora era que el atraco se cometió supuestamente con un automóvil similar al del policía, un Peugeot 308 blanco. El vehículo está a disposición de los otros juzgados ya que investigan si el nombrado participaba o era líder de una red delictiva dedicada a la reducción de motocicletas robadas que luego eran revendidas o se cobraba una suma de dinero a los propietarios originales para “informar” sobre sus paraderos.
La excarcelación es un beneficio que se concede al procesado cuando no existen riesgos para la sociedad a causa de la peligrosidad del imputado, de permanecer en libertad mientras dura el proceso judicial en su contra.
Surge del principio constitucional de que se presume la inocencia del reo mientras no se demuestre su culpabilidad, y permite no condenar por anticipado.
En este caso el uniformado separado de la fuerza no gozará de la libertad porque sigue detenido por las otras causas, incluida un hurto de motocicleta.
Un joven denunció haber adquirido un rodado y que el policía se lo secuestró porque tenía pedido de captura por robo. La particularidad es que supuestamente se la vendió un familiar del sargento, que el día de su detención cayó como un presunto cómplice.
El comienzo de la investigación
El policía y el joven que sería un familiar, fueron detenidos en los barrios Nosiglia y Belén respectivamente el miércoles 27 de mayo. Se secuestraron en aquel momento un automóvil Peugeot 308 a nombre del uniformado, varios teléfonos celulares, 75 mil pesos en efectivo y el arma reglamentaria, entre otros elementos.
Posteriormente a que se conociera esta investigación, se sumó una denuncia con fecha del 22 de febrero en la que apuntaban al suboficial en un hecho de hurto, causa investigada por el juez de Instrucción 3 Fernando Verón.
Un repartidor de pizzas lo denunció por secuestrarle la motocicleta en un operativo encubierto.
Según declaró el denunciante, el rodado había sido comprado supuestamente de buena fe en ese tiempo a un joven conocido en redes sociales, quien luego terminó detenido y sospechado de integrar esa red reducidora de motos al igual que el sargento.