Tras las testimoniales a fines de la semana pasada en el Juzgado de Instrucción 6, a cargo de Ricardo Balor, el sargento de la Policía de Misiones detenido hace casi dos semanas y un supuesto cómplice, un joven de 21 años, serán sometidos a una rueda de reconocimiento en la causa en la cual fueron denunciados por asaltar a una familia en el barrio Itaembé Miní con armas de fuego.
Hace unos días, una integrante de esa familia ratificó la denuncia en la Justicia. Reconoció el hecho tal cual lo había manifestado en sede policial. Ocurrió el 12 de marzo de 2020 cuando cuatro hombres llegaron en un automóvil Peugeot 308 blanco y, a punta de pistola y asegurando que supuestamente eran policías, ingresaron a la familia dentro de una vivienda y finalmente escaparon con dinero y celulares.
En la denuncia, la mujer dijo que “los delincuentes decían ser policías y que buscaban un dinero: ‘Decime donde está la plata y que nadie mire para arriba o le pegamos un tiro’”, agregó en su momento.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que durante los últimos días, esa versión fue ratificada, aunque no está acreditado aún que el policía detenido y su supuesto cómplice hayan participado de ese robo. Particularmente clave en la causa es el automóvil propiedad del suboficial, ya que el mismo tiene características similares al que usaron los malvivientes para escapar. También en las denuncias por otros casos, como reducción de motocicletas, venta de información para encontrar los rodados o secuestros sin documentación, mencionan un auto similar.
Esta semana también será clave la realización de una rueda de reconocimiento a la que someterían al sargento y a su supuesto cómplice, como así también a otros detenidos por delitos contra la propiedad. Además, se espera que continúen las testimoniales del caso.
El sargento (31) detenido el 27 de mayo en la zona Sur de Posadas, tiene denuncias en los Juzgados de instrucción 1 y 3 por una supuesta red de reducidores de motocicletas. Se lo acusa de secuestrar motocicletas robadas y vendidas en el mercado negro y volver a venderlas como partes; o, a modo de información de sus paraderos, se comunicaba con los dueños originales y les pedía “una recompensa” por encontrar los biciclos.
Tanto el policía como el supuesto cómplice, que sería además familiar (sobrino), están imputados en los tres juzgados: “hurto, estafa e incumplimiento de funcionario público”, “robo agravado doblemente calificado por el uso de armas y ser cometido en banda y poblado” y “robo calificado por el uso de arma de fuego y en banda y poblado”.