Durante la mañana de ayer, lunes 1 de junio, fueron llevados al Juzgado de Instrucción 1 de esta capital para ser indagados un sargento de Policía y un joven de 21 años, ambos acusados de varios delitos, sin embargo prefirieron guardar silencio.
En la ocasión, el magistrado Marcelo Cardozo los imputó por “hurto, estafa e incumplimiento de los deberes de funcionario público” en el caso del suboficial de 31 años y “hurto y estafa” para su supuesto cómplice.
Ante la recomendación del abogado defensor de los involucrados, tanto el efectivo detenido el pasado miércoles en la zona Sur de Posadas y uno de sus presuntos colaboradores, decidieron no hablar.
Esto dio lugar a la imputación de la cual ya fueron notificados. Continuarán detenidos en calidad de incomunicados y a la espera de pasar a otros juzgados en los cuales suman más causas.
En este caso están acusados de integrar una red delictiva encargada de reducir motocicletas robadas y venderlas por partes o enteras, además de vender información a sus dueños originales una vez que estaban introducidas en el mercado negro.
La investigación, con más de tres meses de antigüedad, tuvo su momento clave el miércoles pasado cuando el policía y el joven fueron detenidos en los barrios Nosiglia y Belén respectivamente, en la capital misionera. Se secuestraron en aquel momento un automóvil Peugeot 308 a nombre del uniformado, varios teléfonos celulares, 75 mil pesos en efectivo y el arma reglamentaria, entre otros elementos.
En los próximos días ambos deberán comparecer frente a los jueces de Instrucción 3 y 6, también de Posadas, por otras causas en las que están sospechados, tanto de hurto y maniobras similares a las nombradas como así también en un asalto a una familia en marzo de este año.
Fernando Verón y Ricardo Balor aguardan los sumarios y podrían citar al suboficial para hoy y mañana, respectivamente.
Paralelamente a la investigación judicial por las causas nombradas, Asuntos Internos de la Policía de Misiones elevará un informe pormenorizado de los antecedentes del sargento, que llevaba alrededor de doce años en la fuerza y sería desvinculado oficialmente cuando avance el proceso judicial.
El primer caso
Durante la mañana del miércoles, el juez de Instrucción 1 Marcelo Cardozo dispuso la detención de un sargento de la Policía provincial de 31 años y de un joven de 21, sospechados de formar parte de una red que acumulaba motocicletas robadas y que eran “reducidas” o revendidas por sumas menores, pero luego los vehículos eran secuestrados con la participación supuesta del efectivo detenido.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que la maniobra que se detectó consistía en que el policía y sus cómplices se apoderaban de las motocicletas y las ocultaban en un “aguantadero” en el barrio Belén.
Una vez que las vendían en el mercado negro o a través de redes sociales, el sargento, con los datos de los compradores, llegaba a los domicilios con un presunto oficio de que ese rodado tenía pedido de secuestro por robo y se llevaba las motocicletas.
Otra de las maniobras pergeñadas y ejecutadas por el sospechoso consistía en vender información a los dueños originales o directamente ofrecer una recompensa por “recuperar” las motos, es decir, que obtenía doble ganancia.