
Luego de una investigación de tres meses, durante la mañana del miércoles el juez de Instrucción 1 Marcelo Cardozo dispuso la detención de un sargento de la policía provincial de 35 años y de un joven de 22.
Están sospechados de formar parte de una red que reducía motocicletas robadas y que eran “reducidas” o revendidas en sumas menores, pero luego los vehículos eran secuestrados con la participación supuesta del efectivo detenido y sus cómplices.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que la maniobra que se detectó consistía en que el policía con sus cómplices, se apoderaban de las motocicletas y las ocultaban en un “aguantadero” en el barrio Belén.
Una vez que las vendían en el mercado negro o a través de redes sociales, el sargento con los datos de los compradores, llegaba a los domicilios con un presunto oficio de que ese rodado tenía pedido de secuestro por robo y se llevaba las motos.
Operaba mayormente en jurisdicción de la Unidad Regional X y en sus supuestos procedimientos de secuestro de vehículos les manifestaba a los presuntos compradores de buena fe que no iban a tener problemas con la Justicia porque iba a redactar partes en los que remarcaba que la motocicleta fue hallada en la vía pública como abandonada.
Otra de las maniobras pergeñadas y ejecutadas por el sospechoso consistía en vender información a los dueños originales o directamente ofrecer una recompensa por “recuperar” las motos, es decir que obtenían doble ganancia.
Las fuentes agregaron que el “negocio del sargento” creció y también se investiga ahora la participación de más personas que las detenidas. Desde la Jefatura de Policía tomaron medidas y solicitaron investigación interna que, si bien dio un gran paso con las detenciones de ayer, se cree que la red aún no fue desarmada completamente.
Durante los allanamientos en barrio Belén y barrio Nosiglia en Itaembé Miní, donde fueron detenidos el policía y un sobrino, se secuestraron un Peugeot 308 gris con el cual se movilizaba el suboficial con quince años de antigüedad en la fuerza de seguridad. También varios teléfonos celulares y 70 mil pesos en efectivo.
Servicio de “buche”
Según pudo saber este Diario, dentro de la fuerza apuntan a que el involucrado podría ser el que frustraba operativos y detenciones mediante una conexión con delincuentes conocidos a quienes les avisaba cuando estaban por allanarlo o una investigación se había iniciado contra ellos.
Además de esta red, se investiga si con el mismo vehículo o con las motos robadas, antes de ser reducidas, se realizaba el contrabando de cigarrillos y estupefacientes.
Cabe señalar que otro tipo de maniobra de la banda, a la que investigarán como presunta “asociación ilícita”, es que en algunos casos, las motocicletas eran sacadas ilegalmente del corralón policial y vendidas enteras o desarmadas para ofrecerlas como motopartes.
Por el momento, el policía fue despojado de su arma reglamentaria, alojado en una dependencia de seguridad y pasado a disponibilidad a la espera de que sea llevado a indagatoria ante el juez mencionado.
La pesquisa fue realizada por efectivos de la Dirección Investigaciones Complejas y efectivos de la Dirección Asuntos Internos, bajo la órbita del juzgado de Instrucción