Armados hasta los dientes y con presuntas amistades peligrosas. Hasta el momento es todo lo que se sabe con certeza de los cuatro detenidos el martes pasado en Posadas y Garupá, quienes escondías fusiles automáticos, municiones, trajes de equipos de asalto de la Policía Federal Argentina y ropa de operarios de un servicio de televisión satelital.
Un ciudadano paraguayo y tres argentinos fueron trasladados ayer nuevamente hasta el Juzgado de Instrucción 1 de la Primera Circunscripción Judicial. Esta vez para ser indagados por la supuesta participación en el delito de “tenencia ilegal de armas de guerra”.
Ninguno de ellos abrió la boca, amparados en su derecho a no responder en su contra y bajo consejo de sus patrocinantes legales, optaron por el silencio y aguardar la ampliación de la pesquisa de Gendarmería Nacional.
La premisa hasta el momento es esperar que de los teléfonos móviles secuestrados se puedan detallar los movimientos de los cuatro aprehendidos, dos en Garupá durante la mañana del martes 26 de mayo, y los dos restantes en un inmueble de la avenida Nazareno y Jerusalén en el barrio Los Lapachos de Posadas.
En esta vivienda se hallaron los elementos que sorprendieron a los efectivos del Escuadrón 50 “Posadas” de Gendarmería que iniciaron la investigación. Una caja de paneles de madera fenólica guardaba un fusil automático M16 de fabricación estadounidense, un rifle, armas cortas y balas y cartuchos suficientes como para causar una tragedia de grandes dimensiones.
Para estos “golpes” que estarían en condiciones de dar, causó aún más alarma la cantidad de ropa y protectores perteneciente al Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF) de la PFA. Pantalones, camisas, cascos y chalecos antibala, borceguíes, guantes, rodilleras y coderas, integraban el equipamiento.
De inmediato se relacionaron a los detenidos con múltiples actividades delictivas y personajes conocidos por su peligrosidad.
Se tejieron múltiples hipótesis pero ninguna de ellas demostró asidero. Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN insistieron en que las pericias telefónicas continúan en la cima de las herramientas para avanzar en la instrucción del expediente.
La vinculación con el Primer Comando Capital (PCC) organización narcocriminal nacida en San Pablo, Brasil y con patas afincadas en Paraguay es una de las posibilidades. Pero surge de la presunta amistad de uno de los apresados con Néstor Fabián Rojas (54) “El Negro”, supuesto sicario acusado por el doble crimen de barrio Tacurú de Posadas, en el que fueron ejecutados a balazos Sebastián Vega (35) y Rodrigo Ibarra (27), el jueves 17 de diciembre de 2015.