El sueño es una de las cuestiones más importantes de la vida y dormir de noche es crucial, ya que no hay otro momento en el que el cuerpo se repare. Cuando se ve interrumpido el sueño, también se puede distorsionar el sistema inmune, que sirve para regular las defensas del organismo. Con el confinamiento instaurado desde hace un mes y medio en el país, aumentaron los trastornos e insomnio que, según los expertos consultados por PRIMERA EDICIÓN, “urge atender”.
“La palabra clave es incertidumbre, porque de la cuarentena sabemos cuándo empezó pero no tenemos idea de cuándo termina y cómo, todo se va averiguando sobre la marcha. Esto ha generado que mucha gente tome al aislamiento como si fueran vacaciones y se perdieron de vistas las rutinas”, planteó el psiquiatra y sexólogo Osvaldo Bosco Demarchi.
“Sabemos que no es lo mismo dormir de noche seis o siete horas, que es cuando se secreta la melatonina (hormona fisiológica del sueño), algo que no ocurre cuando dormimos de día. Por algo que se llama ritmo circadiano, tenemos otros tipos de hormonas y neurotransmisores, pero no melatonina, con lo cual la persona que está durmiendo de día no tiene el mismo descanso. Eso en algún momento va a producir un impacto en su organismo, en su salud mental”, indicó el experto.
“Un maestro mío decía que el sueño es como una cuenta corriente: podemos no dormir de noche, pero en algún momento el cuerpo y la mente no van a poder más. En cuanto a trastornos por el confinamiento, el insomnio no es el único factor y fenómeno que se produce: hay que sumar angustia, miedo, ansiedades, distintas formas de enfocar la vida de gente que está muy complicada económicamente”, analizó.
Primera experiencia
Según la licenciada en psicología Selene Bortolotti, “el gran inconveniente es que en algún aspecto se pensó que la cuarentena iba a ser una cuestión de pocas semanas. La comunicación planteaba, al principio, que estábamos ante algo temporal, para no generar alarmas y que la gente se fuera adaptando. El tema es que actualmente es un cambio de vida para grandes y para chicos y a todos nos va a continuar afectando de diferentes maneras”.
“Esta cuarentena es una primera experiencia para todos. No hay forma de hacerla bien o mal. Hay que entender que todos estamos encerrados y que los chicos o grandes pueden sentirse afligidos o angustiados. Si necesitan estar un rato para procesar lo que pasa, hay que dejarles espacio para entender su propia angustia, recomendó.
Bortolotti indicó que “al principio del confinamiento, los chicos consideraban que lo que estaba pasando eran casi vacaciones, algo muy placentero; y como no se podía salir, se empezaron a flexibilizar los horarios. Las rutinas se empezaron a desdibujar porque ya no había obligaciones y eso no está bueno, porque en vez de flexibilizar un poco se fueron desbandando sin darte cuenta”.
“Como no había obligación de levantarse tan temprano, se podía estirar el horario de la noche y sin darnos cuenta entramos en otro circulo de vida completamente diferente”, prosiguió.
En ese marco, alertó que “realmente, si nos dicen ‘mañana tienen que volver a la escuela’, la mayoría estará muy complicada, porque ¿cómo hacemos para que los chicos se duerman temprano otra vez? ¿Cómo hacemos los adultos para organizarnos de nuevo a un horario?”.
Por ello, explicó que “una buena rutina para niños y padres ayuda a que mejore la convivencia” y aconsejó que “hay que buscar la forma de enfocarse en esto. En realidad todo este tiempo debemos mantener o recuperar algunas rutinas. Como psicólogos siempre las recomendamos, porque nos proporcionan una estructura externa”.
“Tenemos que ser nosotros quienes de a poco vayamos generando una nueva (rutina) porque la que teníamos antes no la podemos implementar. Ahora todo es diferente”, planteó.
“Con respecto a los chicos, no importa si están de vacaciones o en época escolar: ellos tienen que dormir temprano porque necesitan la cantidad de horas de sueño para un buen funcionamiento”, remarcó antes de sugerir que “las maestras están mandando muchas tareas para organizar una rutina de estudio: levantarse, desayunar, hacer una rutina igual. Eso nos ayuda a tener algo organizado. Los padres tienen que ser exigentes para que se mantengan las actividades escolares diarias”, insistió.
Descontrol, angustia y depresión
Bortolotti aclaró que si los adultos no están yendo a trabajar ni los niños a la escuela, no hay obligación de levantarse a las 6 de la mañana. Pueden hacerlo a las 8 o 9, que es un buen horario para que desayunen, tengan un rato de horarios activos y que puedan disfrutar en el patio o el balcón del sol de la mañana, que es muy saludable.
Pero “dormir en exceso puede traer consecuencias negativas como la depresión, entonces extender el horario de dormir a la mañana no es producente. Al contrario, si invertimos el ciclo de sueño, es muy dañino. Si dormimos mucho a la mañana, a la noche trasnochamos y estamos sobreexigiendo al cuerpo”, advirtió.
Tampoco hay que olvidar que niños y padres están conviviendo 24 horas en la misma casa y si todos se levantan muy tarde, los chicos no gastan la energía que deberían gastar durante el día y a la noche no pueden conciliar el sueño.
Si los niños se levantan a las 11 de la mañana, empiezan a cambiar los horarios: desayunan a la hora del almuerzo y éste se hace a las 2 o 3 de la tarde, la merienda a las 7 y la cena a las 11 o más, y los chicos están durmiendo pasada la medianoche. Paralelamente, los padres no tienen un momento de intimidad para sí mismos, para descansar, leer o mirar una película juntos. Ellos están saturados también y a veces una buena rutina para niños y padres ayuda a que mejore la convivencia, insistió la psicóloga.
Lo cierto es que esta falta de organización puede desembocar en un estado depresivo o de angustia en exceso. “Se pueden generar muchos conflictos familiares por la ansiedad, los chicos gritan, patalean o pelean con los hermanos como consecuencia de esta situación tan estresante que están tratando de saber transformar. Insisto y recomiendo a las personas que estamos en cuarentena que tratemos de manejar las mismas rutinas que teníamos antes”, reiteró Bortolotti.
Para Bosco Demarchi, “aunque podemos levantarnos un poco más tarde, hay que tratar de acostarse en una hora prudencial y tener actividades durante el día dentro de la casa: yoga o meditación; tareas con los chicos; desayunar, almorzar, merendar y cenar al mismo horario, para que no se produzca este fenómeno en donde se desvirtúa todo el sistema de funcionamiento de las personas”, agregó.
Algunos tips
*Organizar el horario de sueño para grandes y chicos.
*Tratar de aprovechar las horas de sol del otoño, a la mañana o la siesta.
*Tener actividades para disfrutar en familia.
*Generar momentos para que cada uno tenga su tiempo personal.
*Actividad física de dos a tres veces por semana, si no se puede todos los días, porque genera endorfinas y ayuda a gastar las energías que antes se gastaba en el parque, para que puedan tener un sueño organizado.
*Higiene del sueño: por la tarde no consumir gaseosas, café, mate, celular computadora o TV no más allá de las 9 de la noche.
*Cenar temprano.
*Leer.
*Si puede o sabe, hacer una sesión de meditación.
*Dormir con luces apagadas.
*Levantarse temprano al día siguiente
*Si el trastorno es más grave, consultar con profesionales especialistas en sueño.