Antes de que el mundo se parara por la pandemia de coronavirus, Cristian Delgadillo recibió el cheque como beneficiario de la beca de PRIMERA EDICIÓN que se adjudicó en la Fiesta del Deporte Misionero 2019.
El joven de 15 años es una de las promesas de la lucha en la provincia y su proyección lo ubicó como uno de los siete becados en la noche más esperada por los deportistas de la provincia.
Cristian subió como nominado en la terna de Lucha después de un gran año en el que se consagró campeón en los Juegos Evita en su primera participación. Sin embargo, en esta oportunidad, el premio fue para Mauricio Lovera, pero cuando Cristian se disponía a bajar del escenario, lo llamaron para que se quede y entraron a entregarle el cheque. “Estaba re nervioso y asustado, pensé que me iban a retar”, dijo entre risas a EL DEPORTIVO.
¿Cómo fue el anuncio, qué recordás de aquella noche?
Estaba re nervioso. En ese momento me dijeron que no me baje del escenario y yo estaba re asustado, no sabía ni porqué, si estaba todo iluminado, pensé que me iban a retar…
Pero en vez de eso, te dijeron que ganabas la beca…
Sí, me quedé re contento cuando me dijeron. Se me fue un poco el susto pero no paraba de temblar. Estuve temblando hasta que bajé del escenario.
¿Qué significa para vos ser uno de los becados?
Estoy re feliz porque nunca pensé que en tan poco tiempo… de la nada me salió todo esto. Estaba re emocionado, porque soy yo y tres más que empezamos a hacer y ahora se están anotando más.
¿Cómo fue que empezaste?
De metido nomás, porque me dijeron para ir a jugar a la pelota. Fui al CePARD a jugar y me puse a mirar cómo hacían lucha. Bajé con un par de amigos que estaban haciendo y me dijeron para quedarme, me quedé y probé. El profe Adrián Báez me llamó y me preguntó si quería seguir, le dije que sí porque estaba de vacaciones (fue en enero de 2019).
Me gustó porque me dieron vuelta ese primer día, yo no sabía nada. Empecé a ir más de seguido pero cuando empezaron las clases poco y nada… Pero seguí entrenando y después el profe me hizo la primera nota para que falte al colegio por los Evita y ahí ya me empezó a re gustar porque empecé a ganar.
¿Cuáles fueron tus primeras competencias?
El selectivo en el barrio Los Kiris, que gané y logré la clasificación a los Evita, donde pude consagrarme campeón. Después tuve un campus de entrenamiento en San Luis, de ahí me fui para Chaco. En tan poco tiempo tuve la oportunidad de viajar mucho, ni yo sabía qué iba a hacer…
¿Es cierto que durante los primeros tiempos le ocultabas un poco a tu mamá que practicabas lucha?
Sí, yo le decía que me iba a tomar tere a la casa de un compañero, pero me iba al CePARD.
¿Por qué?
Yo no le quería decir porque pensé que me iban a retar.
¿Y cómo se enteraron?
No sé cómo se enteraron, porque el chisme corre rápido (risas). Un día me preguntaron qué hacía, pero yo les decía que me iba a la casa de mi compañero, y ahí parece que me siguió mi hermano y se enteraron. Pero se reían. Ahí comenzaron a hablar más con el profe, cómo fue mi progreso y si había lastimado a alguien. Ahí sí empecé a quedarme y ahora me estoy adaptando a la lucha, estoy adquiriendo más conocimientos.
¿Dejaste de jugar al fútbol?
No, no dejé de jugar al fútbol, pero es 50% y 50%. Si me invitan para jugar no les puedo decir que no, pero juego light.
¿Cuál es tu sueño?
Los juegos olímpicos, el Dakar por ahora (N. de R: en efecto, Cristian forma parte del equipo argentino que se prepara para los Juegos Olímpicos de la Juventud 2022, que se disputarán en esa ciudad).
¿Creés que la beca te va a ayudar?
Sí, bastante, porque me puedo comprar más indumentaria. Me voy a comprar la botita que me sale 15 mil, rodilleras y más.