Hoy en día una de las costumbres mas comunes antes de ir a dormir, es mirar una película o un capítulo de esa serie que tanto nos atrapó en Netflix. Esto puede causar con el tiempo serias lesiones en nuestra vista.
La luz azul que emiten las pantallas y la cantidad de tiempo que permanecemos frente a ellas genera que nuestros ojos realicen un esfuerzo mayor. A raíz de esto se sufren dolores en la zona ocular, sequedad en la vista y un aumento del grado de anteojos.
Tener la posibilidad de mirar diferentes contenidos a tan solo un click de distancia, es una de las posibilidades que brindan plataformas como Netflix. La antigua costumbre de leer un libro antes de ir a dormir quedó totalmente reemplazada por la televisión.
Un grupo de científicos realizó un estudio en el cual demuestran nuevos efectos negativos de ver televisión antes de dormir y que la lectura de libros es mucho más sana.
“Una noche de sueño perdida es una experiencia bastante común para los jóvenes, los nuevos padres y todo tipo de adultos ocupados. Y aunque a veces es porque te estás divirtiendo o pasando un momento relajado y otras veces es porque debes (un bebé despierto), el resultado final de una noche de insomnio es el mismo: tu cuerpo ha sido privado de un elemento esencial componente para la buena salud y energía”, sostiene expertos de la Fundación Nacional del Sueño.
Esta organización benéfica sin fines de lucro de EEUU, expresa que los resultados de las pruebas realizadas describen que los adultos, quienes deberían tener entre siete y nueve horas de sueño por noche, en un 30% duermen menos de seis y pasan tiempo viendo Netflix.
En otros casos se registró una perdida del sueño, ocasionando momentos de sonambulismo y una acumulación de horas sin dormir. Esto lleva a cambios constantes de humor y acentuación de dolores corporales.
“Su cuerpo necesita tiempo para cambiar al modo de suspensión. Para algunas personas, usar un dispositivo electrónico como una computadora portátil puede dificultar conciliar el sueño, porque el tipo particular de luz que emana de las pantallas de estos dispositivos se está activando el cerebro”, agregan los responsables del estudio.
Uno de los principales factores de esta pérdida de sueño es la exposición a pantallas en horarios nocturnos. “A medida que pasan los años el sueño cambia, va disminuyendo, se hace superficial. En los niños el insomnio está dado en gran parte por el uso de la tecnología y hay otros que en su ADN ya tienen ciertas características de fragilidad del sueño”, describen Fundación Nacional del Sueño.
El doctor Alejandro Andersson, médico neurólogo, director médico del Instituto de Neurología de Buenos Aires, explicó: “El tipo de radiación lumínica que emiten, producen dos fenómenos de trascendencia para los ritmos de sueño. Por un lado, afectan su período natural de sueño, reduciéndolo a niveles de peligro. Por otro, agregan un factor distorsivo, pues la luz del monitor en ese momento atrasa nuestro reloj biológico”.
Debido a ello es que se aconseja leer un libro antes de ir a dormir y de esta manera disminuir el nivel de exposición a las pantallas. En caso contrario se puede optar por usar aplicaciones que convierten nuestro dispositivo en “modo nocturno”, el cual cambia los valores de brillo que tanto daño causan a la vista.
Fuente: Cien Radios.