El objetivo de vivir solo presenta diversas complicaciones, siempre en crecimiento por efectos de la crisis económica, la inestabilidad de los precios, alta inflación y recesión. Por ello, la iniciativa requiere una amplia planificación en relación a los gastos de mudanza, alquiler, expensas, depósito, mobiliario y servicios básicos.
La situación golpea principalmente a los jóvenes que buscan su primera experiencia de independizarse y se encuentran con un cúmulo de gastos obligatorios que no dejan de crecer regularmente.
En ese sentido, ingresar a un departamento o vivienda demanda un gran capital a invertir en el alquiler considerando que la mayoría de los lugares exigen además el pago de un depósito como garantía, por lo general el valor de un mes por adelantado.
Así, tomando como referencias algunos de los barrios más buscados por los jóvenes, principalmente los estudiantes universitarios por cercanía con las casas de estudio, en El Palomar alquilar un monoambiente cuesta alrededor de $8.000 mensuales. Si la misma cifra es para el depósito, la persona que busca vivir en ese lugar necesita desembolsar unos $16.000 antes de tomar posesión de las llaves.
En la zona de Villa Sarita un departamento con una habitación cuesta cerca de $7.500. En tanto que con dos habitaciones asciende hasta los $11.000. También se exige un depósito de garantía, y las expensas arrancan desde los 2.500 pesos, incluyendo el servicio de gas y el concepto de limpieza y seguridad. Para utilizar el estacionamiento de un edificio, las tarifas promedian los $1.000 mensuales para un auto, $500 la moto, y $300 una bicicleta.
Mientras que en Villa Blosset, un departamento de dos habitaciones cuesta $11.500 en promedio, mientras que el servicio de luz ronda los $1.100 y el acceso a la red de agua potable unos $850.
Por otro lado, las ofertas que se visualizan en los portales digitales para realizar una mudanza arrancan desde los 400 pesos y pueden llegar a la tarifa de $1.000, de acuerdo al modelo de vehículo utilizado y la cantidad de horas requeridas para el trabajo de carga y descarga.
Al gasto de alquiler y mudanza, hay que sumar los precios del mobiliario nuevo. Según los precios de referencia relevados a través de Mercado Libre, la adquisición de una heladera, un lavarropas, un juego de mesa con cuatro sillas, una cocina, y una cama, en sus combinaciones más económicas puede llegar al desembolso promedio de $62.000.
El valor de inversión puede disminuir con las opciones de la venta de usados, pero sin embargo esa vía requiere, en la mayoría de los casos, la disponibilidad del monto total en efectivo en el momento de la compra. En tanto que el mobiliario a estrenar puede ser adquirido con financiación y el uso de las tarjetas de crédito, este es el camino que debe recorrer la mayoría de los consumidores casi obligatoriamente por la falta de dinero en las calles.
Servicios y transporte
Entre los gastos mensuales, las facturaciones por el consumo de energía eléctrica varían de acuerdo a la cantidad de equipamiento electrónico que posee una vivienda.
Sin embargo, con los constantes reclamos que se replican en distintos puntos de la ciudad por grandes variaciones en las tarifas, los inquilinos que viven solos y abonan los precios más baratos se ubican entre los $1.200 a $1.500.
Depender del transporte público también requiere de una suma considerable de dinero por mes. Es la problemática que afecta a los trabajadores, sobre todo a los que deben cumplir con horarios de doble turno.
A una tarifa de 20 pesos por cada boleto con el uso de la tarjeta SUBE, para realizar cuatro viajes diarios se necesitan $80. Considerando un promedio de 22 días laborales por mes la suma final es de $1.760.
Sin embargo, el costo puede elevarse aún más para quienes no tienen la tarjeta o por las veces que no se pueden cerrar las correspondientes recargas por falta de lugares habilitados o problemas con los equipos, recordando que esta situación es un cuestionamiento constante de las personas que viven en barrios periféricos hacia las empresas.
Complicaciones para universitarios
Dentro del complicado contexto, uno de los sectores más afectados por la crisis económica y la inflación es el de los estudiantes universitarios, principalmente aquellos que abandonan sus hogares familiares para trasladarse a otra ciudad y enfrentar los gastos cotidianos intentando al mismo tiempo no decaer con la continuidad de los estudios.
Cada año Posadas recibe a miles de jóvenes atraídos por la oferta académica presentada en la capital provincial. En relación a esto, el consejero estudiantil de la Facultad de Humanidades, Nicolás Godoy, resaltó, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN, que “este año se suma una buena cantidad de estudiantes, solamente en Humanidades serán alrededor de 4.000 ingresantes. La gran mayoría son chicos que vienen del interior de la provincia. Muchos provienen de los municipios más grandes como Oberá, Eldorado, Iguazú, Garupá y Candelaria, pero también están los que llegan desde las colonias más chicas”.
Sobre los gastos en fotocopias que requiere el cursado de una carrera, indicó: “Eso es muy relativo, depende de la cantidad de materias cursadas y los apuntes requeridos, pero como mínimo hay que gastar alrededor de mil pesos mensuales para tratar de tener la mayoría de los materiales que se necesitan”.
Al mismo tiempo, remarcó que para acompañar al estudiante en sus gastos y ayudarlo con las posibles complicaciones “desde el centro de estudiantes hacemos un gran esfuerzo para mantener el precio de las fotocopias más barato que en los comercios de afuera, para tratar de ayudar, pero de igual manera el tema está muy complicado para todos. La facultad, por su parte, ofrece varias becas, por ejemplo para apuntes, comedor, albergue y también sobre salud”.
En tanto que Jorge Lovato, estudiante en la tecnicatura de Turismo, comentó: “Todo está muy caro, provengo de El Soberbio y todavía me cuesta acostumbrarme a los precios de Posadas. Con la ayuda de mi familia no me alcanza, al principio sí, pero los precios del alquiler, la luz, y la comida no dejan de subir. Tengo que buscar algún trabajo si quiero seguir viviendo acá, pero eso comenzaría a complicarme con las cursadas y para preparar las materias que quiero rendir. Está muy difícil decidir qué hacer”.
En el mismo sentido se expresó Lucas G., de la misma localidad, al remarcar “se pone tan complicado todo con los precios que a veces analizo seriamente volverme a mi ciudad”.
Entre valores nuevos y usados
Para adquirir un combo de una mesa nueva con 4 sillas de pino se necesitan unos $3.650. Mientras que la mesa redonda con 4 sillas de caño llega hasta los $6.190.
Una cocina nueva a gas, con cuatro hornallas y un horno cuesta $9.800. En el mercado de los usados puede conseguirse un modelo similar a $4.000. El anafe eléctrico a estrenar vale $1.700 y el horno eléctrico $4.200. La heladera nueva para 260 litros tiene un valor de $22.700, en tanto que la usada se ubica en los 10 mil pesos.
Entre los modelos de lavarropas, el automático nuevo con capacidad para 5 kilos varía entre los $11.000 a $17.800, para 6 kilos sale unos $23.900. El semiautomático nuevo se consigue por $5.500. Y los automáticos usados tienen un valor que arranca en los $4.000.
A su vez, el somier de dos plazas llega a valer $14.900, y el de una plaza y media alrededor de $12.900.
El precio de la notebook, elemento muy requerido por los jóvenes, inicia desde los $18.500.