Los administradores de las vinotecas de la capital provincial atraviesan un complicado momento por la escasez de las ventas y el aumento constante de los precios que deben abonar a las distribuidoras para descargar y ofrecer los productos en sus locales.
En ese sentido resaltaron que comúnmente, en nuestra región, el verano es una época difícil para las ventas de vino, principalmente porque el calor provoca que los clientes busquen otras bebidas más frescas, y por las vacaciones que genera que muchos clientes frecuentes se ausenten de la ciudad.
Por ello, la caída de las ventas que deben sobrellevar los comercios se suma al incremento de los valores que deben destinar a la compra del producto, apuntando como problemática principal a las reiteradas modificaciones de los precios de lista informados por las bodegas proveedoras.
Por ello, los vendedores posadeños resaltaron que desde septiembre del año pasado “los precios no paran de aumentar”, y que deben hacer un gran esfuerzo para evitar trasladar la mayor parte de esas subas al consumidor final.
PRIMERA EDICIÓN realizó un relevamiento por vinotecas ubicadas en el microcentro posadeño donde hubo consenso para remarcar cuáles son los conflictos actuales que intentan sortear.
Así, Rodrigo Jiménez, responsable de la vinoteca ubicada por calle Félix de Azara casi Salta, remarcó que “desde septiembre y octubre del año pasado, la mayoría de las bodegas han incrementado los precios en todas sus líneas, muchos por especulación y otros porque realmente subieron”.
En tanto que sobre el nivel de ventas alcanzado en el comercio, indicó que “diciembre es un mes atípico porque se vende mucho, pero durante enero bajó un poco el consumo”.
“En nuestro caso particular la reducción de ventas no es tanta porque ya tenemos una clientela fija, que es la que siempre nos acompaña, y siempre estamos abiertos a nuevas ideas de promoción. Sí se vende un poco más de cerveza, pero siempre acompañan a los vinos.
Generalmente nos manejamos con el mismo caudal de ventas en estos meses que son los más flojos”, precisó. Contó, además, que “nos busca mucho el público brasileño y ahora también se están incorporando los compradores paraguayos”.
Mientras que el empleado de un local expresó: “El fuerte de venta para el vino es el invierno, por el contrario en el verano se vende muy poco. Sin embargo también hay que reconocer que el pico de venta se da en diciembre con las fiestas de fin de año, y durante el año levanta un poco con fechas especiales como pasó recientemente con el día de los enamorados”.
A todo esto, añadió que “enero fue bastante bien en cuanto a ventas, pero febrero se puso muy complicado, cayeron bastante las ventas”.
Poco movimiento
Por su parte, la encargada de la vinoteca instalada en calle Entre Ríos casi Junín, comentó que en las últimas semanas “el movimiento comercial está muy quieto, hay poca comercialización”.
“Esto se repite principalmente durante las vacaciones, por el calor y porque muchas familias viajan. Tenemos muchos clientes regulares pero algunos de ellos ahora no están en la ciudad”, observó.
En relación al nivel de importes que trabajan con los proveedores, manifestó: “Los precios aumentaron muchísimo, hasta un 40% de suba en el último año. Los proveedores suben mucho los valores de golpe, a veces los aumentos son del 25%, pero por ejemplo ahora una bodega nos pasó una lista de precios actualizada que contiene subas que llegan al 47%. Antes esto no sucedía tan así, los productos subían un 5% y cuando llegaban a aumentar un 10% eso hasta nos sorprendía”.
En tanto que en el comercio ubicado en la esquina de la avenida Mitre y calle Colón, la encargada aseguró que “las ventas caen cada vez más, sobre todo vienen en caída en los últimos años, y lamentablemente se mantiene esa tendencia”.
“Estos meses, de enero a marzo, son muy complicados, por el calor y las vacaciones. Tuvimos que incorporar la venta de cervezas este verano para remontar algo. Vinos se venden poco en esta época. Diciembre, por las fiestas de fin de año, es el único mes en el que se vende muy bien”, apuntó y añadió: “Ahora tuvimos que redoblar esfuerzos para mantener funcionando y abierto el local, por eso trabajamos todos los días, de lunes a lunes, sino hacemos eso tendríamos que cerrar las puertas definitivamente”.
Finalmente subrayó que “las bodegas aumentaron mucho los precios desde septiembre”. “Así no podemos trabajar con valores estables para nuestros clientes porque no sabemos en qué momento se modificarán nuevamente los precios de lista”, cerró.
Crecimiento a nivel nacional
A nivel nacional la comercialización de vino en el mercado interno creció 5,1% interanual, durante el año pasado, alcanzando ventas por 8,8 millones de hectolitros, según informaron desde el Instituto Nacional de Vitinicultura (INV).
De acuerdo al mismo informe, los vinos sin mención de varietal fueron los más comercializados obteniendo una participación del 72% sobre el total de las ventas.
Por su parte, los varietales fueron los que mayor crecimiento interanual experimentaron, con una suba en las ventas del 16% al alcanzar los 2,16 millones de hectolitros. Los vinos espumosos se ubicaron por debajo al sufrir una caída del 13,9% en ventas, comparado con el 2018.
Del total de 8.827.007 hectolitros comercializados en el mercado a nivel nacional, casi 7 millones provinieron de la provincia de Mendoza, 1,4 millones de San Juan, y 156.000 de La Rioja. El resto fueron enviados desde Salta, Neuquén, Córdoba, Río Negro, Catamarca, Buenos Aires, Tucumán, San Luis, Entre Ríos y Jujuy.
Comercialización de vinos y mostos
Argentina exportó en enero de 2020, 43,5 millones de litros de vino (+63,8%, según indicaron desde el Instituto Nacional de Vitinicultura (INV), en su anticipo de comercialización de vinos y mostos del mercado externo.
Estas cifras suponen que se exportaron 16,9 millones de litros más con respecto al mismo período del año 2019. De los 43,5 millones de litros de vino exportados, 14,3 millones (33%) corresponden a vinos fraccionados (+1,3%) y 29,1 millones (67%) son vinos a granel (+135,3%).
Asimismo, se destaca que se exportaron 20 millones (46%) de litros de vinos varietales (+19,2%), 23,3 millones (53,6%) de litros de vinos sin mención varietal (+143,6%) y 0,18 millones (0,4%) de litros de espumosos (-11,6%).
En el informe se revela además que el 86,5% del total del vino exportado es de color; mientras que el restante 26,3% es blanco.
A su vez, en el detalle del tipo de envase se revela que en un año se exportaron 135.360 botellas de vino argentino; mientras que el tetrabrick ocupa el segundo lugar con 6.839 unidades. De esta manera, la venta de vino en tetrabrick perdió terreno ante la botella de vidrio, con una fuerte caída interanual (-4,1%).