La Justicia le dictó en las últimas horas la prisión preventiva a dos hombres y a una mujer tras conocerse que abusaron sexualmente de una menor durante cuatro años.
Los imputados son familiares de la víctima. Se trata del abuelastro, quien tiene 42 años, y de los tíos maternos, una joven de 27 y un individuo de 22, indicaron fuentes del caso.
La denuncia que inició la investigación fue radicada por la madre de la niña, quien se habría enterado recientemente por dichos de su hija que el mayor de los involucrados la manoseó cuando era aún más pequeña. Fue así que por orden del Juzgado de Instrucción de Jardín América, a cargo del magistrado Roberto Sena, se realizó una Cámara Gesell y examen médico (físico y psicológico) a la pequeña.
De esa primera declaración no surgieron detalles por parte de la víctima, quien actualmente tiene 13 años.
Sin embargo, en base a los diagnósticos de los facultativos luego se supo que presentaba signos de abuso sexual. En forma inmediata fue detenido el abuelastro y nada hacía sospechar que había más involucrados en los vejámenes que tuvo que padecer la niña, hasta que el mencionado juez ordenó otra Cámara Gesell. Fue allí que el Gabinete de profesionales del Poder Judicial escuchó un nuevo y crudo relato por parte de la adolescente.
“Desde los 5 a los 9 años”
La menor realizó una segunda declaración, que habría sido considerada por las autoridades judiciales como “un relato coherente y desenvuelto” por parte de la víctima.
En dicho testimonio recordó que los manoseos comenzaron cuando tenía 5 años, por parte de la pareja de su abuela y un tío, con conocimiento de su tía, según las fuentes.
La niña residía bajo el mismo techo con quienes la agredían sexualmente. Los tocamientos por parte de los hombres continuaron hasta que la menor cumplió 9 años, edad en la que fue accedida carnalmente por ambos involucrados, siempre de acuerdo a lo que dijo en la Gesell.
Hasta ese momento no se tenía en claro por parte de los investigadores el rol que habría cumplido su tía. Fue entonces que la ahora adolescente la señaló como la persona que la amenazaba con un cuchillo para que no contara a nadie lo que estaba padeciendo.
Por si fuera poco, la obligaba, siempre bajo amenazas, a arrojar a la letrina de su casa los trapos con los que se higienizaba y las sábanas con sangre tras los abusos, con la evidente intención de deshacerse de pruebas que hubieran sido claves en la causa, teniendo en cuenta que de allí se podían obtener muestras de sangre y de ADN para cotejos en laboratorio.
Por eso la calificación en la prisión preventiva para la tía de la víctima es por “coacción y amenazas”, en tanto que para los hombres es por “abuso sexual con acceso carnal”.