Una banda integrada por seis delincuentes perpetró un asalto a mano armada en una fábrica de ladrillos cerámicos cercana a Garuhapé. Los malvivientes redujeron a dos serenos y se llevaron cerca de 1.500.000 pesos, indicaron fuentes del caso.
La Policía montó un operativo cerrojo y al cierre de esta edición continuaba la búsqueda para dar con los responsables.
El atraco se registró en la planta ubicada en el paraje Yuqueri, ubicada a unos 2 mil metros hacia el este de la ruta nacional 12 y a unos 1.500 hacia el sur de la ruta provincial 220.
Aproximadamente a la 1.15 de este viernes los delincuentes ingresaron al predio tras violentar la puerta de ingreso al sector de oficinas. Minutos después los dos empleados que estaban en el sector del fondo, comenzaron su sistemática ronda para cuidar el predio.
Fue en ese momento que se toparon con los malhechores, quienes los encañonaron en forma intimidante con armas de fuego. Seguidamente los vigilantes nocturnos fueron reducidos y atados con precintos plásticos.
Según se pudo reconstruir en base a fuentes del caso, todos llevaban la cara cubierta con una tela como si fuera un barbijo, para que fuera dificultoso identificar los rostros. En todo momento les aclararon a los rehenes que “la cosa no era con ellos”, que “sólo habían ido a robar”.
Uno del grupo se mostró como el que comandaba las acciones mientras que un cómplice se encargó de cortar el cable de la alarma y de las cámaras (las cuales desviaron hacia arriba).
Además, destrozaron una computadora al creer erróneamente que en el disco duro se guardaban los registros fílmicos de lo que sucedía en el lugar.
Los investigadores creen que la gavilla manejaba el dato de que en la planta se guardaba dinero. Revolvieron todo el lugar y en el cajón de un escritorio hallaron una suma aproximada al millón y medio de pesos. Con el botín en su poder escaparon del lugar sin dejar rastro.
Los empleados lograron zafar de las ataduras y a las 2.50 uno de ellos llamó a la comisaría local para dar aviso que habían sido víctimas de un robo. Una comisión policial se dirigió al lugar y comenzaron la búsqueda de los responsables.
En diálogo con las víctimas los investigadores de la UR-IV supieron que al menos dos de los sospechosos tenían acento paraguayo, por lo que no descartaron que se trate de una banda mixta.
Este Diario dialogó con el propietario del lugar, quien dijo sentirse apesadumbrado por lo sucedido.Destacó que en los 50 años que tiene la firma, nunca antes les había sucedido algo similar. No quiso dar más detalles y prefirió dejar todo en manos de la Policía.
Efectivos de la UR-IV desplegaron un operativo cerrojo que no alcanzó a dar resultado en las primeras horas, pero continuaban los rastrillajes y las averiguaciones en busca de los autores.
La clave podría estar en lo que muestren los registros de las cámaras, los cuales se guardan en un servidor externo que quedó fuera del alcance de los ladrones.